MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados
Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones
de la Monografía “ATLANTES EN UN PARÉNTESIS”, que podemos hallar en
nuestra Biblioteca www.tseyor.com
El
enlace es:
Con amor,
Delegación de Tseyor en Perú,
Delegación de Tseyor en Perú,
__________
“Atlante es únicamente una
definición del ser humano pensante del cosmos.
El humano en todas sus facetas es atlante,
en todo el universo.”
SHILCARS
6.17. LOS ATLANTES HEMOS RECONOCIDO POR FIN
EL CAMINO A SEGUIR
Somos millones de seres que
confiamos en la buena resolución de expectativas para que juntos, en un futuro
muy próximo, podamos abrazarnos y dialogar abiertamente. Pero lo más
importante, que lo sea de forma consciente. Que cada uno pueda ir batiendo sus
alas y dirigirse hacia ese punto, inexistente en el pensamiento, pero que
trasciende el mismo, y ahí está la paradoja, y nos hermana.
Está todo muy obscuro. Da la impresión que
los acontecimientos cada vez más nos aprisionan y limitan, en todos los
aspectos de la vida. Realmente es una impresión solamente, porque la verdad sea
dicha nada ni nadie puede aprisionar nuestra consciencia, nuestro ser, nuestra
verdadera forma de ser. Únicamente es una ilusión, un pensamiento limitativo,
el que nos ronda constantemente.
Cierto también que estamos pasando por un
periodo cósmico muy delicado. Del Sol Central, del centro mismo de la Galaxia , están llegando
energías muy poderosas, esto nos invita a reflexionar.
Todos podemos ya observar a nuestro alrededor
cómo de alguna forma se manifiestan y transforman dichas energías en nuestro
entorno. Parece que se acerca una noche oscura, negra, tenebrosa, pero solo lo
parece.
Sin embargo, tampoco hemos de obviar la
eficacia de dichas energías, que en el fondo restauran todo un proceso
psicológico y mental. Porque todo en el universo de manifestación es mental,
incluso una piedra es mental.
Y dichas energías hacen la labor de
restauradores. Aplican su potencia energética para pulir todo aquello que de
alguna forma no está acorde con un movimiento cósmico, que se dispersa, que
altera el mismo y produce entropía.
Por eso, cuando llega esa Edad del Hierro,
en la que estamos ahora, todo se vuelve más denso, más difícil, más complicado.
Pero, a no dudar, todo ello se resolverá favorablemente y volverá a venir una
nueva Primavera. Una Edad de Oro que muy pronto la podremos compartir entre
todos.
Mientras tanto esto no se produce, habremos
de prepararnos, habremos de ser conscientes de nuestra situación, habremos de
hermanarnos, indiscutiblemente. Habremos de querernos e integrarnos en un solo
movimiento aglutinador.
La humanidad ha de ser una sola, respetando
la diversidad, las costumbres, los pensamientos… Pero, todos y cada uno de
nosotros habremos de ser conscientes que formamos parte de esa integración.
Y así únicamente la humanidad, en una sola
proyección, será capaz de vencer las más terribles fuerzas en su contra, tanto
de naturaleza física como mental.
Está todo previsto, está todo ordenado,
aunque dé la impresión que se navega por un caos de confusión.
Y cada uno de nosotros somos exponentes de
ese caos. Y lo somos, muchas veces, porque giramos en revoluciones contrarias.
Cada uno hace su propia revolución, gira en función de su propio criterio,
obviando el criterio global. Esto produce confusión, desánimo y, evidentemente,
nos limita.
Aquí, en todo ese aspecto global, no
existen pensamientos organizados, en el sentido de que unos cuantos van hacer
funcionar el universo. Quien así lo crea está equivocado.
Todos estamos en este universo, todos
tenemos las mismas posibilidades. Otra cosa es que algunos se crean distintos,
diferentes, privilegiados… Que se crean la élite, y que debajo suyo todo lo
demás. Pero esto es obra de un pensamiento egoico, de un pensamiento errante.
Tarde o temprano el rasero común les igualará, nos igualará.
Unos habrán comprendido, desde el primer
momento, que la labor es la hermandad, la unión. Otros abonarán la desunión, la
enemistad. Unos y otros, tarde o temprano, llegarán a unificarse.
Los primeros habrán comprendido y habrán
salido adelante sin demasiados “problemas”, entre comillas, y los segundos
habrán comprendido también a través de un duro esfuerzo, de mucho dolor, de
mucho sufrimiento. Pero al final todos nos vamos a integrar en este proceso
unificador.
La partícula de la que partimos todos y que
se ha replicado infinitamente, dando un cuerpo de manifestación a todos y cada
uno de nosotros, en esencia es la misma. Es una réplica, una réplica infinita.
Por tanto, hemos de creer que no han de haber diferencias, que todos somos
iguales, y que contra el mal tiempo buena cara.
Y ante ese reto que tenemos delante lo
mejor, si somos inteligentes, es darnos cuenta ya de una vez que hemos de girar
todos en una misma dirección, que ese caos, que antes he citado, se resuelva
con un orden equilibrado y armonioso.
Sí, efectivamente, parece un caos. Y lo
parece porque hay distintos enfoques y planteamientos para resolver una
cuestión tan interesante y al mismo tiempo trascendente.
Unos piensan que van a resolver la
problemática actual con un esfuerzo individual, con una inteligencia puesta al
servicio de la rentabilidad, del progreso económico, etc., etc.
Otros piensan que no vale la pena luchar y
esforzarse, porque la sociedad actual ha caído en un pozo sin fondo y es
irrecuperable.
Otros muchos, afortunadamente, piensan que
todo es recuperable, que lo único que falta es información.
Estos últimos son los que, habiendo
comprendido en definitiva el proceso que se está preparando, se han esforzado y
se esfuerzan, y lo seguirán haciendo, por llevar la información a buen puerto,
para que todo el mundo, al menos así lo intentan, pueda estar informado de este
gran evento cósmico que se plantea en nuestro horizonte mental. El tan repetido
rayo sincronizador.
Afortunadamente, estos individuos,
elementos atlantes como todos, pues todos somos atlantes, han reconocido
verdaderamente su camino a seguir.
Saben que no va a ser fácil, pero saben
también en el fondo de su corazón que la hermandad les protegerá, les ayudará,
les reforzará. Y a su vez podrán manifestarse mucho más ampliamente, mucho más
hermanadamente.
Saben que al final la integración se va a
producir y, cuando esta llegue, todos vamos a pensar igual, siendo distintas o
diferentes nuestras formas de pensamiento.
Por lo tanto, nos habremos dado cuenta de
nuestras grandes posibilidades, aquí y en el cosmos. En el universo entero.
Nos habremos dado cuenta todos de que no
existen barreras, de que todo es una ilusión. Una fantástica ilusión para
distraernos en este mundo de manifestación.
Abriremos nuestros corazones para
experimentar la dicha del amor.
Emplearemos nuestro “tiempo”, entre
comillas, para propagar la semilla del Cris to
Cósmico en todo el universo.
Emplearemos nuestro esfuerzo también y
sembraremos en lugares recónditos del universo, en los que ahora únicamente hay
roca, piedra. Este será nuestro feliz final: recrearnos en la palabra y el
pensamiento del Cris to Cósmico,
cuando nos dice “Creced y multiplicaros”. Nosotros todos nos vamos a
multiplicar creando.
Vamos pues a pensar en un futuro
esplendoroso. Vamos a transcurrir por este tiempo que nos queda de invierno,
que es esta Edad de Hierro y, con ánimos renovados, prepararnos para la venida
de la Primavera ,
la anhelada Edad de Oro.
Mientras tanto, amigos, hermanos, atlantes
todos, preparémonos. Aquí en Tseyor se ha estado trabajando, con mucha ilusión,
muchos compañeros, para ofrecer de la forma más humilde y sincera posible la
palabra, el mensaje del cosmos.
Estáis todos ilusionados, nosotros también,
y desde aquí, desde la nave Tseyor en la que os hablo, y en la que todos estáis
incluidos, y además sonrientes y expectantes, os decimos que adelante.
Luchad por vuestro ideal, luchad por los
demás, esforzaros entregando a los demás sin esperar nada a cambio.
Pensad que la unión, el pensamiento en
común, nos liberará de las cadenas de oscurantismo. ¡Todos unidos venceremos!
Síntesis
El fin del paréntesis se produce por
medio del salto cuántico, de la transmutación psicológica, del reconocimiento
de nuestra realidad interna, del traspaso adimensional. Liberados del
paréntesis, volvemos a recobrar nuestra naturaleza original de seres de luz, de
hombres y mujeres de las estrellas. De esta forma habremos superado el
paréntesis, y lo habremos hecho como parte de una masa crítica que ha sublimado
su proceso y lo ha compartido con muchos, a través de los campos
morfogenéticos.
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