lunes, 18 de agosto de 2014

36) “Atlantes en un Paréntesis” – LOS ATLANTES HEMOS RECONOCIDO POR FIN EL CAMINO A SEGUIR

 MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “ATLANTES EN UN PARÉNTESIS”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es:

Con amor,
Delegación de Tseyor en Perú,
__________

“Atlante es únicamente una
definición del ser humano pensante del cosmos.
El humano en todas sus facetas es atlante,
en todo el universo.”

SHILCARS

36) “Atlantes en un Paréntesis” – LOS ATLANTES HEMOS RECONOCIDO POR FIN EL CAMINO A SEGUIR

6.17. LOS ATLANTES HEMOS RECONOCIDO POR FIN EL CAMINO A SEGUIR

Somos millones de seres que confiamos en la buena resolución de expectativas para que juntos, en un futuro muy próximo, podamos abrazarnos y dialogar abiertamente. Pero lo más importante, que lo sea de forma consciente. Que cada uno pueda ir batiendo sus alas y dirigirse hacia ese punto, inexistente en el pensamiento, pero que trasciende el mismo, y ahí está la paradoja, y nos hermana.
Está todo muy obscuro. Da la impresión que los acontecimientos cada vez más nos aprisionan y limitan, en todos los aspectos de la vida. Realmente es una impresión solamente, porque la verdad sea dicha nada ni nadie puede aprisionar nuestra consciencia, nuestro ser, nuestra verdadera forma de ser. Únicamente es una ilusión, un pensamiento limitativo, el que nos ronda constantemente.
Cierto también que estamos pasando por un periodo cósmico muy delicado. Del Sol Central, del centro mismo de la Galaxia, están llegando energías muy poderosas, esto nos invita a reflexionar.
Todos podemos ya observar a nuestro alrededor cómo de alguna forma se manifiestan y transforman dichas energías en nuestro entorno. Parece que se acerca una noche oscura, negra, tenebrosa, pero solo lo parece.
Sin embargo, tampoco hemos de obviar la eficacia de dichas energías, que en el fondo restauran todo un proceso psicológico y mental. Porque todo en el universo de manifestación es mental, incluso una piedra es mental.
Y dichas energías hacen la labor de restauradores. Aplican su potencia energética para pulir todo aquello que de alguna forma no está acorde con un movimiento cósmico, que se dispersa, que altera el mismo y produce entropía. 
Por eso, cuando llega esa Edad del Hierro, en la que estamos ahora, todo se vuelve más denso, más difícil, más complicado. Pero, a no dudar, todo ello se resolverá favorablemente y volverá a venir una nueva Primavera. Una Edad de Oro que muy pronto la podremos compartir entre todos.
Mientras tanto esto no se produce, habremos de prepararnos, habremos de ser conscientes de nuestra situación, habremos de hermanarnos, indiscutiblemente. Habremos de querernos e integrarnos en un solo movimiento aglutinador.
La humanidad ha de ser una sola, respetando la diversidad, las costumbres, los pensamientos… Pero, todos y cada uno de nosotros habremos de ser conscientes que formamos parte de esa integración.
Y así únicamente la humanidad, en una sola proyección, será capaz de vencer las más terribles fuerzas en su contra, tanto de naturaleza física como mental.
Está todo previsto, está todo ordenado, aunque dé la impresión que se navega por un caos de confusión.
Y cada uno de nosotros somos exponentes de ese caos. Y lo somos, muchas veces, porque giramos en revoluciones contrarias. Cada uno hace su propia revolución, gira en función de su propio criterio, obviando el criterio global. Esto produce confusión, desánimo y, evidentemente, nos limita.
Aquí, en todo ese aspecto global, no existen pensamientos organizados, en el sentido de que unos cuantos van hacer funcionar el universo. Quien así lo crea está equivocado.
Todos estamos en este universo, todos tenemos las mismas posibilidades. Otra cosa es que algunos se crean distintos, diferentes, privilegiados… Que se crean la élite, y que debajo suyo todo lo demás. Pero esto es obra de un pensamiento egoico, de un pensamiento errante. Tarde o temprano el rasero común les igualará, nos igualará.
Unos habrán comprendido, desde el primer momento, que la labor es la hermandad, la unión. Otros abonarán la desunión, la enemistad. Unos y otros, tarde o temprano, llegarán a unificarse.
Los primeros habrán comprendido y habrán salido adelante sin demasiados “problemas”, entre comillas, y los segundos habrán comprendido también a través de un duro esfuerzo, de mucho dolor, de mucho sufrimiento. Pero al final todos nos vamos a integrar en este proceso unificador.
La partícula de la que partimos todos y que se ha replicado infinitamente, dando un cuerpo de manifestación a todos y cada uno de nosotros, en esencia es la misma. Es una réplica, una réplica infinita. Por tanto, hemos de creer que no han de haber diferencias, que todos somos iguales, y que contra el mal tiempo buena cara.
Y ante ese reto que tenemos delante lo mejor, si somos inteligentes, es darnos cuenta ya de una vez que hemos de girar todos en una misma dirección, que ese caos, que antes he citado, se resuelva con un orden equilibrado y armonioso.
Sí, efectivamente, parece un caos. Y lo parece porque hay distintos enfoques y planteamientos para resolver una cuestión tan interesante y al mismo tiempo trascendente.
Unos piensan que van a resolver la problemática actual con un esfuerzo individual, con una inteligencia puesta al servicio de la rentabilidad, del progreso económico, etc., etc.
Otros piensan que no vale la pena luchar y esforzarse, porque la sociedad actual ha caído en un pozo sin fondo y es irrecuperable.
Otros muchos, afortunadamente, piensan que todo es recuperable, que lo único que falta es información.
Estos últimos son los que, habiendo comprendido en definitiva el proceso que se está preparando, se han esforzado y se esfuerzan, y lo seguirán haciendo, por llevar la información a buen puerto, para que todo el mundo, al menos así lo intentan, pueda estar informado de este gran evento cósmico que se plantea en nuestro horizonte mental. El tan repetido rayo sincronizador.
Afortunadamente, estos individuos, elementos atlantes como todos, pues todos somos atlantes, han reconocido verdaderamente su camino a seguir.
Saben que no va a ser fácil, pero saben también en el fondo de su corazón que la hermandad les protegerá, les ayudará, les reforzará. Y a su vez podrán manifestarse mucho más ampliamente, mucho más hermanadamente.
Saben que al final la integración se va a producir y, cuando esta llegue, todos vamos a pensar igual, siendo distintas o diferentes nuestras formas de pensamiento.
Por lo tanto, nos habremos dado cuenta de nuestras grandes posibilidades, aquí y en el cosmos. En el universo entero.
Nos habremos dado cuenta todos de que no existen barreras, de que todo es una ilusión. Una fantástica ilusión para distraernos en este mundo de manifestación. 
Abriremos nuestros corazones para experimentar la dicha del amor.
Emplearemos nuestro “tiempo”, entre comillas, para propagar la semilla del Cristo Cósmico en todo el universo.
Emplearemos nuestro esfuerzo también y sembraremos en lugares recónditos del universo, en los que ahora únicamente hay roca, piedra. Este será nuestro feliz final: recrearnos en la palabra y el pensamiento del Cristo Cósmico, cuando nos dice “Creced y multiplicaros”. Nosotros todos nos vamos a multiplicar creando.
Vamos pues a pensar en un futuro esplendoroso. Vamos a transcurrir por este tiempo que nos queda de invierno, que es esta Edad de Hierro y, con ánimos renovados, prepararnos para la venida de la Primavera, la  anhelada Edad de Oro.
Mientras tanto, amigos, hermanos, atlantes todos, preparémonos. Aquí en Tseyor se ha estado trabajando, con mucha ilusión, muchos compañeros, para ofrecer de la forma más humilde y sincera posible la palabra, el mensaje del cosmos.
Estáis todos ilusionados, nosotros también, y desde aquí, desde la nave Tseyor en la que os hablo, y en la que todos estáis incluidos, y además sonrientes y expectantes, os decimos que adelante.
Luchad por vuestro ideal, luchad por los demás, esforzaros entregando a los demás sin esperar nada a cambio.
Pensad que la unión, el pensamiento en común, nos liberará de las cadenas de oscurantismo. ¡Todos unidos venceremos!

Síntesis

            El fin del paréntesis se produce por medio del salto cuántico, de la transmutación psicológica, del reconocimiento de nuestra realidad interna, del traspaso adimensional. Liberados del paréntesis, volvemos a recobrar nuestra naturaleza original de seres de luz, de hombres y mujeres de las estrellas. De esta forma habremos superado el paréntesis, y lo habremos hecho como parte de una masa crítica que ha sublimado su proceso y lo ha compartido con muchos, a través de los campos morfogenéticos.  


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