lunes, 13 de julio de 2020

13) EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA - COM. TAP. EL MEDIO QUIERE HACERNOS PRISIONEROS


MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS

***

Amados hermanos, mucho gusto de saludarles. Compartimos con mucho cariño, el comunicado TAP del H.M. Shilcars, del 27 de junio de 2020, titulado: El medio quiere hacernos prisioneros, última parte de la tercera edición de la monografía del Grupo Tseyor: En Tiempos de Contingencia, que recopila los comunicados dados por nuestros amados hermanos mayores, durante la etapa de confinamiento a raíz de la pandemia de Covid-19. 

Enlace de la monografía: 


Con amor,
Casa Tseyor en Perú


* * * * * * *



EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA


13) COM. TAP. EL MEDIO QUIERE HACERNOS PRISIONEROS


En la convivencia virtual de hoy sábado, en la Casa Tseyor en Perú, saludan todos los hermanos y hermanas presentes en la reunión, procedentes de Perú y Colombia. A continuación, Shilcars nos ha dado el siguiente comunicado, seguido del Taller de reconocimiento.


           Amigos, amigas, tseyorianos todos, Shilcars de Agguniom.

         Ya veis, solamente tenéis que pedir, con amor, ilusión, hermandad, y la Confederación está aquí presta para vosotros todos. Y si al mismo tiempo es posible llevar una chispa de luz y comprensión en vuestras mentes, pues mucho mejor, habrá valido la pena estar aquí con vosotros también.

         Sin embargo, hoy es un día interesante, porque podemos dar una visión de ciertos rasgos psicológicos que van a ir apareciendo en la medida en que cada uno de vosotros lo solicite, pero teniendo en cuenta también que como todos somos todos, como todos los nombres simbólicos los tenemos todos, a todos va a ir dirigido cualquier apreciación, no solamente a aquellos que lo solicitan directamente, sino indirectamente a todos, por supuesto.

  Realmente estamos pasando unos momentos difíciles, incomprensiblemente austeros y de alguna forma castigadores, y no tanto a un nivel físico, sino psíquico. El medio ha conseguido, indudablemente, trasladar el miedo en vuestros corazones y pensamientos. Y no basta con eso, no le basta al medio que esto suceda así, que se haya planteado así, sino que quiere más, quiere el aislacionismo profundo, porque así, de esta forma, tiene controlado al rebaño. Creo que me entendéis perfectamente.

         Si evitamos que el sistema neuronal se interrelacione, conseguimos el aislacionismo, y entonces es muy fácil, pero mucho, vencer a esa masa tan poderosa, compuesta de pensamientos brillantes y prestos a ofrecer su ayuda humanitaria para un loable fin.

       Fijaros que me estoy refiriendo, en este caso concreto, a la masa humana tseyoriana, porque en el fondo es nuestro fractal, y a él nos vamos dirigiendo de una forma muy concreta y muy directa, y clarificando camino, para que no haya dudas.

         Cierto que todo aquel que quiera afianzarse en su propia vida, en su propio deambular, en reforzar su psicología y afrontar verdaderamente con valentía el reto de los tiempos que corren, ha de esforzarse, trabajando precisamente en su equipo, reforzando sus flancos, y brindando a todos los demás compañeros y compañeras su esfuerzo, su dedicación, su ilusión, su entusiasmo, su saber en definitiva, para que el conjunto vibre cada vez más poderosamente en la nota musical la, que es la que nos caracteriza, aquí y ahora, en este tiempo.

         Por lo tanto, nuestros pensamientos van muy centrados al equipo Tseyor, un equipo que habremos de imaginárnoslo que está en la parte más difícil del fractal, ese simpático Fractal-Om[1] de que habla el cuento. Está en un punto en el que no puede tirar atrás el tseyoriano auténtico, el que ha recibido el nombre simbólico y ha resonado, de alguna forma, en su parte más íntima la llamada, su verdadera llamada, la que le interesa como prioridad atender.

         Y está en la parte más oscura del cono invertido del fractal, en espera de ser impulsado poderosamente hacia las interdimensiones, para que a su vez pueda ir cotejando información y transmitirla a esta parte 3D, que es de donde procede ahora, en estos momentos, su inquietud y su labor. Cierto también que es difícil, porque es en plena oscuridad u oscurantismo, y más con la presión del medio que pretende aislar, encerrar, hacer prisioneros y prisioneras.

En definitiva, controlar la mente para que el rebaño en conjunto pueda funcionar armoniosamente, según su propio deseo, el del medio indudablemente, que no deja de ser un medio egoico, como es natural, porque en ello interviene el factor deseo.

Y ahí, sí, no habrá duda, y lo importante es o será que nos apercibamos de dicha situación. Considerando, también, que no va a ser fácil. En este punto del fractal en el que nos encontramos, puede ser tanto o más difícil mantenerse en una estructura equilibrada, en un pensamiento equilibrado, armonioso, hermanado… ¡Va a ser muy difícil, indudablemente!

         Ved que hace unos años hablábamos, en parecida forma, a todos vosotros, aunque no tan profundamente, no hacía falta, desde luego, pero sí os indicábamos que las trompetas del hambre y la enfermedad habían sonado, y que nos preparáramos todos para asistir a un gran espectáculo cósmico. Y el eco de dicho aviso cuajó, muy lentamente. Ha cuajado evidentemente, claro que sí, porque ahí tenemos la respuesta y la prueba, que sois todos vosotros.

         Pero, en definitiva, lo que sí es cierto es que se contemplaba la situación como algo lejano, como algo que no nos iba a tocar tan directamente, en esa parte tan íntima, que podríamos observarlo como simples espectadores de una aventura, un film, una obra teatral, una escenografía que no nos afectaba directamente, sino que era a otros que afectaba la situación, el programa, la película, en definitiva.

         Ya veis, ha pasado el tiempo y ahora estamos aquí y vemos que la película nos afecta a todos, y que cada vez todos estamos mucho más amordazados. O creemos estarlo. Y ahí está el quid de la cuestión: una mentira, repetidas veces dicha, puede llegar a creerse, y así es. Podemos ir repitiendo falsedades, y al final siempre habrá mentes incrédulas, ignorantes, confiadas, que llegarán a creérselo.

Tan solo basta repetirlo varias veces como para que cuaje en la mente de algunos y algunas personas cuya base de conocimiento es muy débil y básicamente se han entretenido a aprender de los demás, de lo que dicen los demás, a apostar por las opiniones de los demás, y evitando tener la suya propia.

Y ahí está el resultado de muchas, muchas mentes actualmente, que se basan en la opinión, muchas veces errónea, tergiversada, malévolamente proclamada, y esto ocasiona profundas heridas en el deambular, grandes socavones en esa imaginaria carretera que nos ha de llevar a ese infinito mundo de transparencia. Y todo ello no es casualidad, está premeditadamente previsto para que así sea.

Aunque, a su vez, está premeditadamente previsto que redoblemos esfuerzos, todos, incluida la Confederación, para llevar la transparencia, la claridad en vuestras mentes, y que las mismas puedan decidir en todo momento por sí mismas. Y para ello únicamente es necesario que cada uno se dé cuenta que es amo y señor de sí mismo, que cada uno está suficientemente preparado para decidir su vida, y aceptar estoicamente las circunstancias, favorables o adversas, que se le presenten.

Cada uno de vosotros ha de interpretar la vida como un reto, cada uno de vosotros ha de pensar que la vida, todo lo demás, es un escenario puesto para él mismo, que todos sus compañeros y compañeras lo son para la retroalimentación, pero que, en definitiva, la decisión la ha de tomar uno mismo.

Y si así actuamos, si así actúa el colectivo en definitiva, se dará  cuenta que todos haréis lo mismo, actuaréis de la misma forma, pensaréis lo mismo y decidiréis lo mismo. Y allá los cantos de sirena, que se las compongan los que los lanzan, porque quedará muy claro que quien decide es uno mismo, cada uno en particular.

Y si llegáis a comprender este punto, las mentes se abrirán y dejarán de sufrir. Y atraerán vuestras mentes, puestas en este equilibrio objetivo, la claridad mental necesaria como para obtener los recursos suficientes. Y digo: recursos suficientes. Porque cada uno es capaz de obtener sus propios recursos y, a su vez, repartirlos equitativamente mediante la retroalimentación.

Repito, tenéis recursos suficientes en vuestra mente para desarrollar un cambio que, indudablemente, ha de propiciar una apertura mental sin límites. Y quien se lo crea, enhorabuena, y quien no, pues a esperar verlas venir.

Y ahí sí que no podemos hacer nada más, porque por supuesto no vamos a obligar a nadie a creer en lo que decimos, porque ya bastante trabajo tiene uno para interpretar realmente su propia vida, como para intentar reparar o interpretar la vida de los demás.

Porque no se trata de eso, amigos, amigas, no se trata de tutelar de tal forma a las personas, a los amigos, muy especialmente a los autóctonos para que, a través de nuestro esfuerzo, puedan librarse del oscurantismo, del ostracismo, de la mecánica operativa sin sentimiento alguno ni creatividad alguna.

Es suficiente, pues, que cada uno sepa que es su propio maestro. Y ahí cada uno entenderá lo que tenga que hacer. Pero sí sugiero que los comodones y comodonas, los y las que piensan que bueno, ya otros pensarán por mí, actuarán por mí, me sacarán del agujero y, para qué preocuparme, ya todo se solucionará favorablemente.

Pues no, quien piense así está realmente equivocado, porque pensando así, no recibirá ayuda. Claramente, amigos, amigas, la ayuda la recibiréis cuando os esforcéis, cuando os deis cuenta que sois capaces de conquistaros a vosotros mismos. Otra cosa es que lleguéis a lograrlo, pero si no llegáis vosotros y vosotras, pero lo habéis intentado, la Confederación os ayudará. Poned dos, y como digo la Confederación pondrá doscientos.

Os pedimos tan solo dos, ya veis que es muy poco, pero ese poco lo queremos ver, palpar, porque en definitiva es vuestro pasaporte hacia la eternidad, en ese aspecto, la entrada triunfante a la llegada del rayo sincronizador.

Amados hermanos y hermanas, podéis intervenir solicitando ese reconocimiento, mediante esta rueda que, a partir de ahora, ponemos en marcha. Y me queda, únicamente, mandaros mi bendición.
Amor. Shilcars.


[1]Véase el “Cuento de la micropartícula curiosa”, en Los Cuentos de Tseyor, pág. 133. Biblioteca Tseyor, 33 Edición. Com. 370. 

° ° ° ° ° ° °