domingo, 5 de julio de 2020

11) EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA - ACEPTEMOS NUESTROS ORÍGENES


MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS

***

Amados hermanos, mucho gusto de saludarles. Compartimos con mucho cariño, el comunicado 1052 del H.M. Rasbek, del 30 de abril de 2020, titulado: Aceptemos Nuestros Orígenes, de la monografía del Grupo Tseyor: En Tiempos de Contingencia, que recopila los comunicados dados por nuestros amados hermanos mayores, durante la etapa de confinamiento a raíz de la pandemia de Covid-19. 

Enlace de la monografía: http://tseyor.org/biblioteca/libros/en-tiempos-de-contingencia.html?cat=Listado%20(A-Z)*



Con amor, 
Casa Tseyor en Perú


* * * * * * *



EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA


11) COM. 1052. ACEPTEMOS NUESTROS ORÍGENES


Colegas, soy Rasbek.

A veces, y muchas veces, tiene uno o un grupo o una sociedad, que oír o ver en la parte exterior, eso es en el exterior, algo acerca de sí mismo o de sí misma, para llevar a cabo una determinada operación o actividad. En definitiva, parece ser que nos falta criterio propio, seguridad tal vez, o vayamos a saber qué, para consolidarnos verdaderamente en el convencimiento de nuestra manera de ser, de nuestra procedencia, de nuestro pensar, actuar, etc., etc.

Tal vez, también, queremos actuar de manera que los demás vean lo buenos que somos, lo fantásticos que somos como personas, como personajes más bien de un teatro que incluso nosotros mismos sabemos que lo es, que es una pantomima, pero que se sigue el rol habitual de hacer aquello que los demás hacen.

Y los demás, si su propaganda es sobre tal o cual cosa, o eslogan, pues nosotros haremos lo mismo, y nos plantearemos la igualdad en cuanto a mimetismo, y actuaremos igual. Y además comprobaremos en qué situación están las modas, para ir conforme a ellas, las costumbres, la manera de ser de las gentes, y copiaremos y mimetizaremos.

Y así no nos destacaremos de esa masa gris uniforme que muchos, mejor dicho, un grupúsculo, quiere que seamos todo el planeta, toda la civilización. No importa en qué cultura estemos viviendo, qué conocimientos tengamos sobre la vida y sus circunstancias, qué lengua o idioma hablemos, etc., etc. No importa.

Si la moda es ir de frac, vestiremos los hombres de frac y las mujeres de largo, o minifalda si es preciso, porque la moda es así. Así podremos o intentaremos que sea un indígena del Amazonas, por ejemplo, igual a nosotros, si nosotros estamos con la costumbre de organizar nuestra vida social en frac, o en vestido largo o en minifalda las mujeres, etc., etc.

Pretendemos unificar y que todo el mundo sea igual, igual a un patrón que habremos elegido como propio, y de esta forma obligaremos a los demás a que sean como nosotros.

Lo mismo pasa en las propias sociedades, y en las organizaciones sociales de todo tipo. Hay un patrón y dicho patrón funciona o funciona según algunos, bien, aunque en definitiva pueda perjudicar a una gran mayoría. Pero si funciona bien mediante los propios intereses de quien en ese momento está organizando el espectáculo, el teatro propiamente, al que me he referido, pues estará bien, y aplicaremos dicha doctrina, dicho pensamiento, dicho accionar. Y así todos contentos, o al menos habremos de representarlo.

Claro que en una sociedad dictatorial, si en la pirámide, en la cúspide de la misma se ordena que todo el mundo sea feliz, pues todo el mundo será feliz y sonreirá, y se mostrará con el ejemplo físico de que se es muy feliz, y sonreirá a todo el mundo, aunque en realidad no sea así y esté uno viviendo en la más absoluta desgracia social. Pero eso no importa, porque esa desgracia social será de puertas adentro, porque de puertas afuera, todo el mundo nos verá sonreír, ser felices y actuar como tales.

Eso en una sociedad dictatorial. Y las sociedades dictatoriales pueden ser de muy distinto signo, y también procurarán, muchas de ellas, dar la sensación de que no lo son, pero en el fondo lo son.

Porque ha llegado un momento, amigos y amigas, hermanos y hermanas, que dado el volumen de población, dada la ingente cantidad que se mueve de un sitio para otro, de una parte del continente a otra, de una parte del mundo a otra, en cuestión de horas, y el crecimiento que tiene la población en sí misma, obliga a quien no sabe organizarse, a quien aprende de lo aprendido, a quien copia y mimetiza un funcionamiento social determinado, a actuar en función de lo que ya sabe, de lo que ya conoce y no puede extrapolar su pensamiento y funcionar de otra forma y ayudar a la sociedad a hacerlo. Eso es, a cambiar.

Se habla mucho del cambio, se dice que la sociedad ha de cambiar, pero nadie sabe cómo, o no puede.

Ahí es momento de reflexionar, amigos, amigas, y verdaderamente se ha de cambiar. Y lo primero que se ha de hacer para cambiar es la transparencia, es aportar a los nuestros, a los que nos rodean, la sinceridad. La verdad de lo que pensamos, de lo que somos, de lo que anhelamos que sea nuestra sociedad, nuestro entorno, desde nuestra propia familia a los demás, hasta llegar a un conjunto social armónico, porque el cambio es para llegar a las auténticas sociedades armónicas. No para la continuidad, no para más de lo mismo.

Creo que esto empezáis a entenderlo, porque más de lo mismo, pues ya lo tenéis delante. Estáis confinados, estáis aislados, y cada vez lo estaréis más y lo seréis más. Eso es, los habitantes de este planeta cada vez estarán más confinados, más recluidos, y menos libres, aunque podamos pensar que esto es totalmente incierto. ¿Cómo vamos a ser menos libres, si precisamente hemos abolido la esclavitud y hemos dado libertad a todo el mundo, de pensamiento?

Pues ahí tenéis un ejemplo, vais a estar o vamos a estar confinados, temerosos, y altamente en estado de alerta, constantemente. Por algo tan simple, pero a la vez tan poderoso como pueda ser un virus. Sumándole el miedo y añadiéndole también la falta de preparación y el descuido, la despreocupación. Ajustándonos a un patrón preestablecido, que en realidad es como decir: “pan para hoy y hambre para mañana.”

Si hoy nos comemos todo el pan de la despensa, todo el alimento, pero no procuramos que a su vez germinen nuevas simientes, si hoy no procuramos cambiar de pensamiento y transformarnos, y nos da igual, exactamente igual, y no apreciamos una buena obra de arte, el teatro, la música…, si no apreciamos todo eso y únicamente nos remitimos al disfrute de los sentidos, al disfrute rápido y “a otra cosa, mariposa”, en realidad estamos oscureciéndonos, entrando en un peligroso oscurantismo y obvio que el mismo nos lleve a la reclusión y al confinamiento. Porque por sí mismos no podemos actuar, mejor dicho, no sabemos actuar ni accionar, y somos incapaces de crear nada que no sea el mimetismo y seguir la moda, las costumbres y el disfrute por el propio disfrute, sin más.

Así que, si antes me he referido a la transparencia, y que realmente sepamos reconocer, en principio, nuestros propios orígenes, esta es la parte más importante: reconocernos en nuestros orígenes y muy especialmente no avergonzarnos de ellos. Hemos nacido en este mundo, estamos aquí y tenemos este pensamiento y esta situación, aceptémoslo, no nos disfracemos de otra cosa que no sea de nosotros mismos. El principio de la transparencia empieza por aquí, valga la redundancia, seamos sinceros.

Y concretando el tema en Tseyor, en el grupo Tseyor, aceptemos nuestros orígenes. ¿Cuáles son nuestros orígenes? Nuestros orígenes están en el planteamiento extraterrestre.

Si realmente queremos ser transparentes, si realmente comprendemos lo que estamos diciendo, y el lugar en el que nos hemos radicado actualmente, que es en este grupo Tseyor, si realmente somos sinceros y anhelamos el cambio, tendremos que aceptar que provenimos de un pensamiento extraterrestre. Sí, porque toda su literatura está en un mismo fractal, un fractal que toma su base del principio extraterrestre.

Claro que, nos fijamos en el exterior, en la parte externa, y la misma no cree o no quiere creer o quiere dar a entender que no cree en el origen extraterrestre de determinados grupos de contacto y, tal vez por esa sensación que puedan tener en el exterior al respecto, nos avergonzamos de ser quiénes somos y obviamos la coletilla o el adjetivo de grupo extraterrestre.

         Podemos decir que somos un grupo de interiorización, que somos una ONG, que somos un grupo de amigos aplicándonos en lo posible en la ayuda humanitaria, pero cuando hemos de hablar de extraterrestres, ahí la cosa pues se desequilibra y nuestro pensamiento se calla, y a otra cosa.

         Entonces, amigos, amigas, ved que habremos de buscar este planteamiento de sinceridad y de transparencia, porque es nuestra base. Y sobre esta base de coincidencia, de conocimiento, de preparación que habremos tenido y podemos tener, y de hecho tendremos -y lo tendremos todos aquellos y aquellas que realmente se planteen el cambio que por naturaleza es necesario llevar a cabo-, nos emplearemos en lo primero, diciendo: somos un grupo de contacto extraterrestre.

         Sí, amigos, y no tardaremos mucho en que nos avergoncemos de haberlo ocultado, que muchos lo hayan ocultado, que muchos os hayáis ocultado y dado marcha atrás cuando os habéis enterado de que el origen de Tseyor es extraterrestre.

Y muchos y muchas de vosotros y vosotras, habréis perdido un precioso tiempo porque os habréis fijado en las apariencias, en las modas, en el pensamiento circundante, y no habréis tenido en cuenta vuestro propio pensamiento y vuestra propia forma de pensar y actuar, de motu proprio.

         Sí, os arrepentiréis del tiempo perdido, y luego querréis obviamente adelantar tiempo, este tiempo “perdido”, entre comillas, y poneros al día. Muchos lo lograrán, pero también muchos otros tendrán que renunciar, porque el planteamiento de ahora, de la energía de ahora, cada vez hará más difícil el acceso a planteamientos de esa nueva era de conocimiento.

La vibración va avanzando a pasos agigantados, muy rápido, cada energetización que se ofrece, por parte de nuestro amado maestro Aium Om, energetización de piedras, agua, semillas y demás, cada vez lo es con más fuerza, y los no afines, los que están desconectados o lo han estado, los Sinhios, por ejemplo, para no ir más lejos, a estos les costará mucho más ponerse al día, pero no porque no tengan interés en ello, sino por vibración.

El efecto “querer es poder”, en según qué casos, no funciona, y muy especialmente cuando ese querer es egoico. Por lo tanto, el querer es poder en el ambiente, pero en el ámbito espiritual no funciona así.

Pues bien, muchos, tal vez, os habréis de arrepentir de no haber actuado por propia consciencia, aceptar vuestros orígenes, aceptaros tal cual sois. Y tal cual sois y tal cual somos es aceptar que somos unos auténticos ignorantes, que no sabemos absolutamente nada. Claro, no sabemos absolutamente nada en relación a la cantidad de saber que nos queda pendiente, que es infinito, y así es.

Pero eso no ha de ser óbice para que seamos sinceros, para que seamos transparentes, para que nos aceptemos tal cual somos, y humildemente pidamos a la energía que no nos abandone, que nos apoye, que nos tutele.

Es entonces cuando realmente la energía actúa, es entonces cuando se abren las puertas interdimensionales, es entonces cuando nos damos cuenta, en la intermitencia cuántica, que existe un mundo infinito por correspondernos, para conocerlo perfectamente, para situarnos en él y aplicarnos años, cientos de años, en cualquier otra cuestión que aquí, únicamente, habremos invertido un segundo.

Cuando todo eso se alcanza, pero con transparencia, con la humildad suficiente como para reconocer de dónde venimos, y en Tseyor cómo hemos aprendido y de quién, y de qué lado hemos aprendido, que creyendo aun y todo que no sabemos nada, vamos siguiendo por ese camino sin camino, entonces verdaderamente el mundo se abre.

Y repito, nos arrepentiremos en más de una ocasión muchos, por haber obviado el reconocimiento extraterrestre, cuando ya, en estos momentos, la cuestión es que no puede ocultarse tal fenómeno, porque es tanta la inquietud que existe en el mundo, es tanto el movimiento hacia el cambio, tanta la inquietud del movimiento hacia el cambio de estructuras, que realmente es un tema que no puede obviarse ni puede ocultarse, ni puede considerarse ya secreto.

Porque ante la evidencia está la realidad, y la realidad nos está indicando que pasó la época del ocultismo, la época en la que todo se disfrazaba y que ahora viene una época de transparencia.

Una transparencia que en definitiva es el cambio que se preconiza. Y ante esto, la realidad es que es un honor, y habréis de considerarlo así, poder participar de una actividad espiritual, tutelados por un grupo de amigos, hermanos de la Confederación, que lo único que pretenden es ayudar. Ayudar buenamente sin interferir, ayudar a que vuestro pensamiento se posicione, humildemente, sencillamente, porque lo demás lo aplicaréis vosotros, en vuestra particular concepción.

Los hermanos de la Confederación no os han de enseñar absolutamente nada, como así lo hacemos, no os enseñamos absolutamente nada, os damos herramientas para que lo descubráis por vosotros mismos. Y tenéis el ejemplo en este pasado ejercicio, este último, esta última extrapolación, la capacidad que tenéis de extrapolar vuestro pensamiento, y la capacidad que tendréis, in crescendo, en la medida en que os posicionéis en este fondo común de sinceridad y transparencia. No ocultándoos ante la realidad de vosotros mismos, no avengonzándoos de vuestros orígenes, al contrario, estar orgullosos de ellos, porque de ellos saldrá la verdad.

Amados hermanos, os mando un fuerte abrazo y el saludo afectuoso de los hermanos de la Base submarina de Mazatlán.
Amor, Rasbek.

° ° ° ° ° ° °

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus aportes son muy apreciados.