miércoles, 11 de mayo de 2016

9) EL DESAPEGO EN LA ALIMENTACIÓN (1) - “La Alimentación y las Semillas de alto rendimiento”

 MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Amados Hermanos:

Compartimos con cariño transcripciones de la Monografía “LA ALIMENTACIÓN Y LAS SEMILLAS DE ALTO RENDIMIENTO”, que se encuentra en nuestra Biblioteca:  www.tseyor.org

El enlace es: file:///C:/Documents%20and%20Settings/Mam%C3%A1/Mis%20documentos/Downloads/LA+ALIMENTACION+Y+LAS+SEMILLAS+3+ED.pdf

Con amor,
Casa Tseyor en Perú
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Los alimentos del futuro van ser ricos en vibración.
Van a proporcionar una gran fortaleza, pero al mismo tiempo ayudarán al desapego de la materia.
Vais a ingerir alimentos para mantener vuestro cuerpo en armonía y equilibrio, pero no para satisfacer el deseo de alimento.

Shilcars


9) EL DESAPEGO EN LA ALIMENTACIÓN (1) - “La Alimentación y las Semillas de alto rendimiento”

Shilcars

Amigos, hermanos, atlantes todos, Tríada de Tseyor soberana, soy Muul Shilcars.

            Cierto que estamos mandando información y, con toda seguridad, entre líneas hay claves. Basta que prestéis atención, que os centréis, que os unifiquéis y hallaréis respuestas. Cierto que existen probabilidades y posibilidades de pandemia.

Cierto que hablamos del desapego.

Cierto que hemos hablado muchísimo de autoobservación.

Cierto que muchos entenderán estos mensajes dentro de un tiempo.

Cierto que algunos se darán cuenta, en un futuro, que no han aprovechado y disfrutado del mensaje en su totalidad, estando absortos en otras cuestiones secundarias, no prioritarias.

            Cierto que el valor real de los comunicados, para una gran mayoría, lo será con el tiempo.

            Cierto que la alimentación juega un papel importante en el desarrollo evolutivo de la persona.

    Cierto que muchos tendréis que modificar vuestros hábitos, conectar adecuadamente con esa onda vibratoria o egrégor que Tseyor ha dispuesto.

        Cierto que hemos procurado herramientas muy útiles y eficaces para la sanación: la piedra, el agua energetizada, los talleres de meditación, y no hablemos de los talleres de introspección en los Muulasterios.

       Cierto que hemos llevado adelante, con dificultad precisamente por vuestra idiosincrasia, lentamente pero progresivamente, un avance en todas las estructuras de nuestro querido grupo Tseyor.

            Todo eso es cierto y podríamos seguir así, amigos, hermanos.

El desapego, tan nombrado aquí en esta sala, en nuestra literatura, en nuestros comunicados, es un compendio no solo de carácter mental, no solo de renuncia, sino que lleva implícito la verdadera autoobservación.

Y puedo decir también que es cierto -para prepararnos en estos tiempos que corren, en este futuro incierto que muchos comprenderéis por lo descrito entre líneas en muchos comunicados- que la humanidad asiste atónica, despreocupada, dispersa, ante unos hechos que evidentemente nos marcan un nuevo rumbo, una nueva situación.

Ayudémonos entre todos a entender verdaderamente el lenguaje del medio, este lenguaje callado pero progresivo, entrópico. No busquemos culpables, creo que todo está bien o, al menos, tenemos lo que nos merecemos. Tal vez necesitamos suponer también que nuestros sentidos están dormidos, apegados. Y volvemos al desapego.

Apego también significa acumulación, en todos los sentidos.

Acumular riqueza es apego. Acumular amigos es un gran apego; cuando estos se acumulan lo son para un beneficio propio.

Acumular comida, alimentos, también lo es. Y ahí, en este punto, nos centramos en nosotros mismos, en nuestros hábitos. ¿Ingerimos alimentos por acumulación, por deseo? ¿Qué nos lleva, por ejemplo, a comer demasiado? ¿Podemos vivir solamente para comer? Ahí está un grado de acumulación importante, de apegos.

Múltiples circunstancias pueden afectar al deseo de comer; aplicad también la autoobservación.

-No por comer mucho estaremos más sanos.

-No por acumular comida estaremos más seguros, aunque nuestro organismo nos pida más y más.

-No porque nuestro organismo sea feliz, se encuentre en plenitud cuando saborea en exceso los alimentos, esa sensación que produce felicidad al ingerir alimentos, ya sabemos de dónde proviene: de nuestro ego acumulador.
Nuestros cuerpos necesitan alimento, claro que sí, pero lo justo, lo imprescindible. Por ahí pueden venir, y de hecho florecerán y aflorarán, enfermedades.

La acumulación en todos los sentidos proporciona enfermedades…



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