MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto
con cariño transcripciones de la Monografía “LAS
INFRADIMENSIONES. EL PENSAMIENTO: UN ARMA DE DOBLE FILO”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com
El
enlace es: http://www.tseyor.com/biblioteca/Las%20infradimensiones.pdf
Con
amor,
Noventa PM
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”Cualquier manifestación es nuestra
propia manifestación, y esos demonios,
esos
bajos astrales, esos pensamientos a
los que tenemos
acceso, son nuestros propios
submundos, nuestra propia
creación mental, nuestro delirio. Ahí
está la clave, por
eso decimos que somos un mundo y,
comprendiendo
nuestro propio mundo, comprenderemos
el mundo.”
Shilcars
18) “Las
Infradimensiones”– CONTINUACIÓN DEL “CUENTO DEL PEQUEÑO CHRISTIAN Y LAS DOCE ESFERAS”
Hoy querría continuar con el
“Cuento del pequeño Christian y las doce esferas”. Podríamos relatar el Segundo
acto de esta Segunda parte.
Recordad que se habían creado
los perfiles de los 12 voluntarios que nos pedía Christian.
Esos 12 voluntarios se han
multiplicado, son legión ya en este mundo tridimensional, en este planeta
Tierra.
Muchos, ya están
desperdigados aplicando el conocimiento, las claves aprehendidas en los
talleres y en las meditaciones, y en el conocimiento que les ha brindado la
experiencia en la adimensionalidad: en la nave Tseyor y en mundos paralelos.
Legión, como digo, de
voluntarios que en definitiva son el Consejo de los doce, porque todos ellos
forman parte de las doce esferas con las que se nutre nuestro universo
holográfico.
Christian los ha dejado ya,
aunque los observa desde su personal prisma. Deja que los 12 voluntarios
experimenten a través del planeta en el que han tomado cuerpo.
Muchos de esos voluntarios no
saben exactamente quiénes son en realidad. Solo intuyen, digamos entre comillas
“oyen” esa vocecita en su interior que les dice y les alienta para que sigan
adelante.
Por lo
tanto, caminan con la creencia de que su sentimiento y sentido del andar es el
correcto. No saben a dónde van, pero presienten que es hacia donde tienen que
ir.
A su alrededor observan
cambios hasta ahora insospechados. Nunca hubieran podido pensar, con su mente
intelectual, con el conocimiento adquirido en dicha dimensión, que pudiesen
ocurrir acciones y actos espeluznantes, dantescos propiamente, sin lógica, pero
realmente horripilantes.
Por eso, la fortaleza de los
12 voluntarios, de esa legión correspondiente al Consejo de los doce, queda en
un principio pasmada por lo que se presenta ante sus ojos, en sus casas, en sus
barrios, en sus ciudades, en sus continentes.
Aparecen por doquier seres
extraños, con formas muy distintas. Seres que parecen haber salido de las
profundidades de la Tierra.
Especímenes muy raros, casi
animales salvajes, pero con una inteligencia atroz, que pululan por sus
ciudades, por sus pueblos, por sus hogares como si fuese su propia casa, y
alteran todo el proceso existencial y vivencial. Van en contra de todo lo
establecido, del orden establecido que con tanta pasión y esfuerzo y sacrificio
se ha llevado a cabo.
Parece que lo que intentan es
destruir. Destruirlo todo para aplicar su imperio. Son destructores por
naturaleza. Son de esos submundos o inframundos que se alzan, y toman cuerpo
físico en este lindo planeta.
Claro, son pensamientos de
mucha intelectualidad, de seres que en un momento dado únicamente han confiado
en su sagacidad, en su inteligencia. Seres que han tenido que abandonar su
cuerpo, pero sus ideas y pensamientos navegan por ese submundo dantesco y horripilante.
Es tanta la fuerza de dichos
pensamientos, es tanta la energía de los mismos, que dichos seres consiguen
encarnar en cuerpos débiles, enfermos, desahuciados… O bien en otros cuerpos
que su propia mente ha generado o engendrado.
Duro trabajo para la sanación
de todos esos seres que pululan por este planeta. Los 12, los voluntarios
propiamente, están asustados, angustiados.
También observan a su
alrededor el hambre, la miseria. Nada produce, nadie se beneficia de nadie.
Nadie aporta. Todos piden, todos exigen, todos quieren más y más, pero nadie da
realmente.
Muy pocos saben dar esa
palabra de aliento y transmitir el amor. Muy pocos, excepto ese puñado de
voluntarios que han entendido perfectamente su trabajo, su misión. E intentan
llevarla a cabo lo mejor que pueden.
Christian les observa, sabe
positivamente que saldrán adelante, porque Christian sabe el pasado, el
presente y el futuro; porque Christian sabe que todo es un juego, una película
que va a terminar, pero deja actuar libremente.
Así, los voluntarios empiezan
a organizarse. Han aprendido mucho, han aprendido a extrapolar su pensamiento,
a reunirse en puntos muy concretos de su psicología, dentro de la
micropartícula, y en ella han ordenado sus mentes, se han hermanado. Todos se
conocen.
Todos se comunican
telepáticamente, estén donde estén, pero eso no impide que su labor sea dura y
deban enfrentarse a grandes retos.
Las ciudades se vuelven
hostiles, la tensión crece día a día. Las epidemias y pandemias cada vez son
mayores. Los alimentos escasean. Los bebés se mueren porque no tienen alimento,
y los pechos de sus propias madres apenas les pueden dar lo que necesitan.
Es una generación que
podríamos denominar de maldita, una generación desgraciada. Pero en dicha
generación está el germen del hombre nuevo.
Y en eso creen los
voluntarios, esos 12, esa legión de miles de voluntarios Muul-Águila que han
entendido perfectamente la labor a desarrollar.
Ante un panorama de tales
características, las gentes cada vez están más confusas, mucho más dispersas.
Muchos desean que la muerte acabe con ellos, para descansar. Este es un grado
muy elevado de confusión, de mentes muy desequilibradas. El suicidio está a la
orden del día.
Mas esos voluntarios no se
rinden. Empiezan a utilizar su pensamiento profundo, su gran intuición…
Ponen en práctica el
conocimiento aprehendido, y se dan cuenta de que poseen el don de la
creatividad, y también la posibilidad de ponerlo en práctica…
Empiezan a crear
herramientas, utensilios. Empiezan a desarrollar facultades mentales
insospechadas.
Su sola presencia, la energía
que dimana de sus esencias, es capaz de sanar a su alrededor.
Así, en su deambular por ese
camino sin camino, por ese mundo sin fronteras, allá por donde van dejan una simiente
de paz, de concordia...
Y allí donde depositan el
fruto, allí el árbol se desarrolla y es el alimento para todos; el fruto de su
pensamiento, claro está.
Y de sus manos salen semillas
de alto rendimiento por doquier…
A todos ellos se les acercan las
gentes buscando ese punto de sanación, de equilibrio y de armonía...
Y no les dan “peces”, sino
que les “enseñan a pescar”...
Les enseñan a cultivar la
tierra…
Les enseñan a pensar; les
explican, les comentan lo que es la autoobservación, lo que es el
autodescubrimiento…
Les facilitan información de
todo tipo, técnica, científica, literaria…
Y se van. Siguiendo un camino
sin camino.
Les dejan, pero
verdaderamente tras una buena simiente.
Bueno,
acabaremos el relato aquí por hoy, en otro momento continuaremos. Y, si lo
creéis oportuno, podéis preguntar.
Aquí vendría bien añadir la parte final
del Segundo acto, de la Segunda parte del “Cuento del pequeño Christian y las
doce esferas”.(2)
Los voluntarios se distribuyen por
este mundo tridimensional y a su vez lo hacen, en cantidad, por otros mundos
paralelos, cantidad por cierto indefinida, y van observando y coadyuvando al
desarrollo de esos otros mundos, que también están pasando por el mismo
proceso, idéntico proceso que el de este mundo tridimensional físico, del que
creemos conocer tan a fondo sus características.
Ellos se dan cuenta del arduo
trabajo a realizar, pero claro tienen una ventaja sobre los demás, son
Muul-Águila que les equipara al resto de la Confederación, al resto de Muul-Lak
de la Confederación. Por lo tanto, han alcanzado un gran conocimiento.
Precisamente lo han alcanzado por su elevado grado de amor hacia los demás.
Ellos se dan cuenta de lo fácil que
es, porque lo han experimentado, lo han alcanzado, situarse en distintos mundos
al instante tan solo con pensarlo. Pero con una particularidad importante, han
descubierto que fuera de este espacio tridimensional, fuera del tiempo y
espacio, pueden estar simultáneamente en todo el resto de mundos paralelos
suyos al instante.
Han comprendido las limitaciones de
la mente. Mejor dicho, las normas que la mente se ha impuesto para proteger
nuestros cuerpos, en este caso los vuestros, pero han sabido desligarse de
tales limitaciones y han aprendido a ubicarse simultáneamente en todos los
mundos de pensamiento y de su misma vibración.
Y todos esos voluntarios, esos Muul, se dan cuenta que algo ha
fallado en la estructura adeneística y cromosómica. Algo que no se ha activado
debidamente y produce deficiencias.
Se dan cuenta evidentemente que existe
una gran población adulta y no nacen apenas infantes. Y comprenden
verdaderamente que la situación se ha producido, digamos, por afectación del
medio, a través de intoxicaciones, de aberraciones.
Así ellos, habiéndolo comprendido,
no solamente en este mundo sino en infinidad de mundos paralelos, porque lo han
experimentado, se dan cuenta de algo importante, que se repite infinitamente:
lo que pasa aquí pasa en todos los demás mundos replicantes.
Y entonces comprenden, también, las dificultades
de los demás hermanos, que no han llegado a su nivel de comprensión. Se dan
cuenta que aun queriendo, sus hermanos no pueden dar el salto adecuado porque
sus cuerpos no están en condiciones para darlo.
Así que se aplican en la tónica de
observar, comprobar y darse cuenta profundamente de que todo está bien. Y así
lo aceptan, y así continúan su camino, viajando constantemente por este mundo
tridimensional o físico, pero al mismo tiempo conectando con sus infinitos
mundos paralelos.
Aunque en sus ojos, en su mirada, en su
sentimiento brilla un rayo de esperanza. Y es que asumiendo dicha limitación y
pidiendo profundamente en su corazón que el universo, el cosmos, ayude, aquello
del “pedid y se os dará” se cumplirá.
Saben profundamente que muchas mentes que
están completamente dormidas, confusas, con cuerpos físicos aberrantes,
lograrán sanar, regenerar, porque lo han puesto en manos de su consciencia,
porque lo han comprendido, porque lo han aceptado. Y efectivamente están
convencidos de que así será.
Y en un interrogante podemos
preguntarnos: ¿será así en realidad? Esto puede verse en el siguiente acto y
posterior.
º º º º º º º
(1) Conversación
interdimensional 333.
(2) Conversación
interdimensional 340.
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