lunes, 23 de septiembre de 2013

18) “Las Infradimensiones”– CONTINUACIÓN DEL “CUENTO DEL PEQUEÑO CHRISTIAN Y LAS DOCE ESFERAS”


MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “LAS INFRADIMENSIONES. EL PENSAMIENTO: UN ARMA DE DOBLE FILO”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es: http://www.tseyor.com/biblioteca/Las%20infradimensiones.pdf

Con amor,
Noventa PM
__________

”Cualquier manifestación es nuestra
propia manifestación, y esos demonios, esos
bajos astrales, esos pensamientos a los que tenemos
acceso, son nuestros propios submundos, nuestra propia
creación mental, nuestro delirio. Ahí está la clave, por
eso decimos que somos un mundo y, comprendiendo
nuestro propio mundo, comprenderemos
el mundo.”

                                                          
Shilcars


18) “Las Infradimensiones”– CONTINUACIÓN DEL “CUENTO DEL PEQUEÑO CHRISTIAN Y LAS DOCE ESFERAS”


Hoy querría continuar con el “Cuento del pequeño Christian y las doce esferas”. Podríamos relatar el Segundo acto de esta Segunda parte.

Recordad que se habían creado los perfiles de los 12 voluntarios que nos pedía Christian.

Esos 12 voluntarios se han multiplicado, son legión ya en este mundo tridimensional, en este planeta Tierra.

Muchos, ya están desperdigados aplicando el conocimiento, las claves aprehendidas en los talleres y en las meditaciones, y en el conocimiento que les ha brindado la experiencia en la adimensionalidad: en la nave Tseyor y en mundos paralelos.

Legión, como digo, de voluntarios que en definitiva son el Consejo de los doce, porque todos ellos forman parte de las doce esferas con las que se nutre nuestro universo holográfico.

Christian los ha dejado ya, aunque los observa desde su personal prisma. Deja que los 12 voluntarios experimenten a través del planeta en el que han tomado cuerpo.

Muchos de esos voluntarios no saben exactamente quiénes son en realidad. Solo intuyen, digamos entre comillas “oyen” esa vocecita en su interior que les dice y les alienta para que sigan adelante.

Por lo tanto, caminan con la creencia de que su sentimiento y sentido del andar es el correcto. No saben a dónde van, pero presienten que es hacia donde tienen que ir.
A su alrededor observan cambios hasta ahora insospechados. Nunca hubieran podido pensar, con su mente intelectual, con el conocimiento adquirido en dicha dimensión, que pudiesen ocurrir acciones y actos espeluznantes, dantescos propiamente, sin lógica, pero realmente horripilantes.

Por eso, la fortaleza de los 12 voluntarios, de esa legión correspondiente al Consejo de los doce, queda en un principio pasmada por lo que se presenta ante sus ojos, en sus casas, en sus barrios, en sus ciudades, en sus continentes.

Aparecen por doquier seres extraños, con formas muy distintas. Seres que parecen haber salido de las profundidades de la Tierra.

Especímenes muy raros, casi animales salvajes, pero con una inteligencia atroz, que pululan por sus ciudades, por sus pueblos, por sus hogares como si fuese su propia casa, y alteran todo el proceso existencial y vivencial. Van en contra de todo lo establecido, del orden establecido que con tanta pasión y esfuerzo y sacrificio se ha llevado a cabo.

Parece que lo que intentan es destruir. Destruirlo todo para aplicar su imperio. Son destructores por naturaleza. Son de esos submundos o inframundos que se alzan, y toman cuerpo físico en este lindo planeta.

Claro, son pensamientos de mucha intelectualidad, de seres que en un momento dado únicamente han confiado en su sagacidad, en su inteligencia. Seres que han tenido que abandonar su cuerpo, pero sus ideas y pensamientos navegan por ese submundo dantesco y horripilante.

Es tanta la fuerza de dichos pensamientos, es tanta la energía de los mismos, que dichos seres consiguen encarnar en cuerpos débiles, enfermos, desahuciados… O bien en otros cuerpos que su propia mente ha generado o engendrado. 

Duro trabajo para la sanación de todos esos seres que pululan por este planeta. Los 12, los voluntarios propiamente, están asustados, angustiados.

También observan a su alrededor el hambre, la miseria. Nada produce, nadie se beneficia de nadie. Nadie aporta. Todos piden, todos exigen, todos quieren más y más, pero nadie da realmente.

Muy pocos saben dar esa palabra de aliento y transmitir el amor. Muy pocos, excepto ese puñado de voluntarios que han entendido perfectamente su trabajo, su misión. E intentan llevarla a cabo lo mejor que pueden.         
            
Christian les observa, sabe positivamente que saldrán adelante, porque Christian sabe el pasado, el presente y el futuro; porque Christian sabe que todo es un juego, una película que va a terminar, pero deja actuar libremente.

Así, los voluntarios empiezan a organizarse. Han aprendido mucho, han aprendido a extrapolar su pensamiento, a reunirse en puntos muy concretos de su psicología, dentro de la micropartícula, y en ella han ordenado sus mentes, se han hermanado. Todos se conocen.

Todos se comunican telepáticamente, estén donde estén, pero eso no impide que su labor sea dura y deban enfrentarse a grandes retos.

Las ciudades se vuelven hostiles, la tensión crece día a día. Las epidemias y pandemias cada vez son mayores. Los alimentos escasean. Los bebés se mueren porque no tienen alimento, y los pechos de sus propias madres apenas les pueden dar lo que necesitan.

Es una generación que podríamos denominar de maldita, una generación desgraciada. Pero en dicha generación está el germen del hombre nuevo.

Y en eso creen los voluntarios, esos 12, esa legión de miles de voluntarios Muul-Águila que han entendido perfectamente la labor a desarrollar.

Ante un panorama de tales características, las gentes cada vez están más confusas, mucho más dispersas. Muchos desean que la muerte acabe con ellos, para descansar. Este es un grado muy elevado de confusión, de mentes muy desequilibradas. El suicidio está a la orden del día.

Mas esos voluntarios no se rinden. Empiezan a utilizar su pensamiento profundo, su gran intuición…

Ponen en práctica el conocimiento aprehendido, y se dan cuenta de que poseen el don de la creatividad, y también la posibilidad de ponerlo en práctica…

Empiezan a crear herramientas, utensilios. Empiezan a desarrollar facultades mentales insospechadas.

Su sola presencia, la energía que dimana de sus esencias, es capaz de sanar a su alrededor.

Así, en su deambular por ese camino sin camino, por ese mundo sin fronteras, allá por donde van dejan una simiente de paz, de concordia...

Y allí donde depositan el fruto, allí el árbol se desarrolla y es el alimento para todos; el fruto de su pensamiento, claro está.

Y de sus manos salen semillas de alto rendimiento por doquier…

A todos ellos se les acercan las gentes buscando ese punto de sanación, de equilibrio y de armonía...

Y no les dan “peces”, sino que les “enseñan a pescar”...

Les enseñan a cultivar la tierra…

Les enseñan a pensar; les explican, les comentan lo que es la autoobservación, lo que es el autodescubrimiento…

Les facilitan información de todo tipo, técnica, científica, literaria…

Y se van. Siguiendo un camino sin camino.

Les dejan, pero verdaderamente tras una buena simiente.

Bueno, acabaremos el relato aquí por hoy, en otro momento continuaremos. Y, si lo creéis oportuno, podéis preguntar.      

Aquí vendría bien añadir la parte final del Segundo acto, de la Segunda parte del “Cuento del pequeño Christian y las doce esferas”.(2)

            Los voluntarios se distribuyen por este mundo tridimensional y a su vez lo hacen, en cantidad, por otros mundos paralelos, cantidad por cierto indefinida, y van observando y coadyuvando al desarrollo de esos otros mundos, que también están pasando por el mismo proceso, idéntico proceso que el de este mundo tridimensional físico, del que creemos conocer tan a fondo sus características.

            Ellos se dan cuenta del arduo trabajo a realizar, pero claro tienen una ventaja sobre los demás, son Muul-Águila que les equipara al resto de la Confederación, al resto de Muul-Lak de la Confederación. Por lo tanto, han alcanzado un gran conocimiento. Precisamente lo han alcanzado por su elevado grado de amor hacia los demás.

            Ellos se dan cuenta de lo fácil que es, porque lo han experimentado, lo han alcanzado, situarse en distintos mundos al instante tan solo con pensarlo. Pero con una particularidad importante, han descubierto que fuera de este espacio tridimensional, fuera del tiempo y espacio, pueden estar simultáneamente en todo el resto de mundos paralelos suyos al instante.

            Han comprendido las limitaciones de la mente. Mejor dicho, las normas que la mente se ha impuesto para proteger nuestros cuerpos, en este caso los vuestros, pero han sabido desligarse de tales limitaciones y han aprendido a ubicarse simultáneamente en todos los mundos de pensamiento y de su misma vibración.

Y todos esos voluntarios, esos Muul, se dan cuenta que algo ha fallado en la estructura adeneística y cromosómica. Algo que no se ha activado debidamente y produce deficiencias.

Se dan cuenta evidentemente que existe una gran población adulta y no nacen apenas infantes. Y comprenden verdaderamente que la situación se ha producido, digamos, por afectación del medio, a través de intoxicaciones, de aberraciones.

            Así ellos, habiéndolo comprendido, no solamente en este mundo sino en infinidad de mundos paralelos, porque lo han experimentado, se dan cuenta de algo importante, que se repite infinitamente: lo que pasa aquí pasa en todos los demás mundos replicantes.

Y entonces comprenden, también, las dificultades de los demás hermanos, que no han llegado a su nivel de comprensión. Se dan cuenta que aun queriendo, sus hermanos no pueden dar el salto adecuado porque sus cuerpos no están en condiciones para darlo.

Así que se aplican en la tónica de observar, comprobar y darse cuenta profundamente de que todo está bien. Y así lo aceptan, y así continúan su camino, viajando constantemente por este mundo tridimensional o físico, pero al mismo tiempo conectando con sus infinitos mundos paralelos.

Aunque en sus ojos, en su mirada, en su sentimiento brilla un rayo de esperanza. Y es que asumiendo dicha limitación y pidiendo profundamente en su corazón que el universo, el cosmos, ayude, aquello del “pedid y se os dará” se cumplirá.

Saben profundamente que muchas mentes que están completamente dormidas, confusas, con cuerpos físicos aberrantes, lograrán sanar, regenerar, porque lo han puesto en manos de su consciencia, porque lo han comprendido, porque lo han aceptado. Y efectivamente están convencidos de que así será.

Y en un interrogante podemos preguntarnos: ¿será así en realidad? Esto puede verse en el siguiente acto y posterior.

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(1) Conversación interdimensional 333.
(2) Conversación interdimensional 340.

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