sábado, 13 de junio de 2020

5) EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA - APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS

***

Amados hermanos, mucho gusto de saludarles. Compartimos con mucho cariño, el comunicado 1048 del H.M. Shilcars, del 10 de abril de 2020, titulado: Aprendiendo De La Experiencia, de la monografía del Grupo Tseyor: En Tiempos de Contingencia, que recopila los comunicados dados por nuestros amados hermanos mayores, durante la etapa de confinamiento a raíz de la pandemia de Covid-19. 

Enlace de la monografía: http://tseyor.org/biblioteca/libros/en-tiempos-de-contingencia.html?cat=Listado%20(A-Z)* 


Con amor, 
Casa Tseyor en Perú


* * * * * * *


5) EN TIEMPOS DE CONTINGENCIA


1048. APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA


FÁBULA DEL TIGRE Y LA SERPIENTE





Queridos amigos, amigas, soy Shilcars de Agguniom.

Otra vez con vosotros, compartiendo estos interesantes temas que a todos nos sirven para nuestro propio posicionamiento psicológico, aprendiendo de la experiencia. Es importante ello, aprender de la experiencia.

Sin embargo, cuando uno es novel, por su propia juventud tal vez, le faltará experiencia, y entonces ha de aprender a adquirirla. Adquirir experiencia y muchas veces con riesgo de error, de fracaso. No obstante, es necesario, es necesario totalmente arriesgarse para adquirir experiencia, porque sin ella verdaderamente nuestra mente nunca será capaz de enfrentarse y afrontar determinados trabajos o acciones, por miedo, por sentirse insuficiente o incapaz de abordarlos.

Enfrentarse a la temática vivencial es necesario, como también es necesario reconocer esas zonas de confort que nos privan muchas veces de la debida experimentación. Creyendo que tal vez aprenderemos de los demás, eso es, cómodamente sentados en nuestra poltrona y dejaremos que sean los otros quienes experimenten y ya nos explicarán, ya nos harán saber sus conocimientos.

Y así habremos dado dos puntadas en nuestro particular tejido, o dos pasadas en nuestro peculiar telar, de una vez. Por un lado, habremos estado cómodamente sentados en nuestra poltrona, y por otro, que nos trabajen y nos faciliten la información adecuada.

Verdaderamente este es el gran error que tiene la humanidad; el hombre y la mujer de la actual generación, dejan ambos al libre albedrío de los demás que piensen mayormente por ellos.

“Pensar ellos es lo mejor para uno mismo.” “Que piensen ellos, nosotros ya veremos luego qué hacer.” “Que trabajen ellos, luego nosotros recogeremos la cosecha.” Y este no es el plan por el que el hombre y la mujer están aquí, únicamente viviendo y aprovechándose de los demás, por un cómodo status.

Ahí, verdaderamente, se observa la presencia egoica de un elemento que únicamente es propietario de este mundo, es el que manda en este mundo, y se cree verdaderamente que por ser inteligente, más inteligente se cree que los demás, puede de los demás vivir a costa de ellos. A costa del sacrificio y el esfuerzo de los demás.

Luego también piensa el ego, obviamente, que si los demás no protestan, no dicen nada, se callan, querrá decir que están contentos y ya  están bien como están, y aceptan el yugo pertinente.

¡Fantástico!, se plantea el ego, ¡qué más puedo desear!, y así nos van las cosas, y así funcionan las cosas en este mundo 3D. Por demasiada confianza, por inexperiencia también. Una inexperiencia que no podemos decir otra cosa que es inexperiencia precisamente voluntariosa, porque ya nos está bien.

Todo funciona regularmente, el sol sale cada día y se pone, más o menos, por el mismo sitio, cada día que pasa. Llega la primavera, el verano, el otoño y el invierno, y así un día y otro. Los árboles dan sus frutos, la tierra promete muchísimo, y lo ofrece todo, las fuentes son saludables, y nos dan de beber, la tierra nos da de comer, y todo lo demás pues funciona, como tiene que funcionar, sin esfuerzo.

¿Para qué vamos a adquirir experiencia? Si otros van a pensar por mí o por nosotros, para qué vamos a esforzarnos, si todo nos lo entrega la naturaleza gratuitamente… Y este es el pensamiento del cómodo, precisamente, ignorando que esta comodidad no es nunca suficiente. El ego, obviamente, querrá más y más.

Cierto que estará una temporada disfrutando de sus primeros juguetes, alcanzados con esa desidia propia de él mismo, pero pronto se cansará y querrá más, y más y más, y nunca estará satisfecho.

¿Sabéis por qué no estará nunca satisfecho el ego? Porque realmente lo que adquiere no es para estar satisfecho ni feliz. Lo que ansía poseer para ser feliz es precisamente lo que le causa mayor infelicidad. Jamás la encontrará, la felicidad, y por eso siempre querrá más y más. Y obligará a los demás a que le procuren esa falta de felicidad, creyendo erróneamente que abusando de esa masa silenciosa obtendrá el privilegio y la sensación de bienestar y tranquilidad.

Y verdaderamente, no es así. Creo que lo entendéis perfectamente, la búsqueda de la felicidad no se busca, se halla sin buscar, mediante una actuación propia equilibrada y mediante la oportuna autoobservación.

Claro que el individuo, cuando oye este significado, cuando se le explica y es neófito en el tema, como le falta experiencia, entrará la duda en él, porque para obtenerla habrá de pasar un tiempo y habrá de, precisamente también, obtener algún fracaso. Pero si es novel, como he indicado, ¿qué le vamos a hacer?

Entonces, ante este planteamiento el ignorante, por su juventud tal vez, se fijará en su entorno, y hará lo mismo, se mimetizará con su sociedad, con los más cercanos, familia, amigos, y entre ellos aprenderá a saber escoger, y se lanzará un día, tarde o temprano, a la búsqueda de esos ideales de felicidad, y puede que los encuentre como puede que no, todo dependerá de la base con la que se haya preparado previamente.

Dependerá también de las fuentes donde haya bebido, educado, de los lugares en donde le hayan enseñado a aprender, y no a saber, que es algo distinto. Y si le han enseñado a aprender por sí mismo, es muy probable que, a pesar de su inocencia, de su ignorancia, pueda hacer frente a las dificultades, sortearlas y salir victorioso. Y si no, si fracasa, también le va a procurar dicho fracaso, una gran experiencia y así continuar adelante en su trabajo y en su accionar.

FÁBULA DEL TIGRE Y LA SERPIENTE

Los animales, por su irracionalidad, lo tienen distinto, sin embargo, a veces puede que su prudencia les haga parecer sabios y puede que lo sean en un determinado nivel instintivo.

Pongamos por caso la serpiente pitón, tranquila, apacible, descansando, tomando el sol en la sabana, en un frondoso bosque tal vez.

Y ahí que llega el hermoso tigre, hambriento, buscando algo con que saciar su apetito, y de pronto se encuentra ante sí a la serpiente, a esa inmensa pitón, pacífica, tranquila, pero observadora del medio y de lo que le rodea, muy despierta precisamente, y se apercibe de que existe una posible víctima a su alrededor, pero calla, se mantiene silenciosa, aunque observante.

El tigre se confía, no se había encontrado nunca un animal tan pacífico, y al parecer tan apetitoso, o posiblemente no recuerda algo tan fantástico que llevarse a la boca, y empieza a rodear a la serpiente pitón que, inteligente y sabiamente vigila el ataque y se deja querer, por así decirlo, eso es, deja que nuestro magnífico tigre se confíe.

Ahí este animal es evidente que se está confiando demasiado, tal vez porque no ha pasado por esa experiencia, aunque en sus genes puede que sí tenga cierta experiencia, y sepa que puede que exista el peligro en esta situación o confrontación. Pero el hambre es mucha, y su confianza también lo es, y se atreve a acercarse mucho más a esa temible pitón.

La pitón se deja querer, como he indicado, y el tigre se confía más y más, hasta centrarse en la misma parte donde la serpiente es más abultada, y da el primer bocado, hinca sus afilados colmillos para empezar a saborear tan apetitoso alimento. Y es entonces cuando nuestra pitón empieza a moverse, sigilosamente, tranquilamente y, casi sin darse cuenta, el tigre se encuentra en medio de un lazo que le aprisiona.

Pero la boca de la serpiente está muy lejos, y él está en el centro de la misma, por tanto, piensa que poco podrá hacer ella. Y la continúa mordiendo. Y nuestra serpiente cada vez apretando más y más el lazo. Primero en la cabeza de nuestro tigre, en el estómago, en las patas, y le hace completamente un nudo. Un nudo tal, que priva al pobre animal de morder nuevamente. Incluso en la medida en que el tigre va respirando, nuestra pitón va apretando cada vez más el nudo y termina por dejar a nuestro pobre felino sin respiración.

Es entonces cuando la naturaleza actúa, actúa en pos de[1] los confiados, actúa en pos de la inexperiencia, a favor de los expertos, y en contra de la inexperiencia, o no.

En ese momento llega un gran elefante, y dándose cuenta del peligro con que se encuentra nuestro querido tigre, aprisiona con una de sus grandes patas la cola de la serpiente, la cual por dolor deja de apretar y de continuar dejando sin respiración a nuestro amado tigre, soltándole definitivamente. Así acaba la historia.

Pero no siempre es así, como podréis comprender, no siempre tenemos a nuestro elefante, gran elefante, poderoso elefante, para ayudarnos a solucionar nuestra inexperiencia, cuando la misma nos ha colocado en una situación difícil.

Claro, es importante saber que tenemos ayuda, pero tampoco habremos de confiarnos al extremo de que sean los demás que nos ayuden. También habremos de poner de nuestra parte. Aquí en Tseyor hemos de poner de nuestra parte, y tenemos capacidad para ello.

¿Hemos de esperar a que nos preparen la comida? ¿Por qué? Si podemos tener capacidad para fabricarnos nuestra propia comida, elaborarla, a través de una buena agricultura.

Tenemos capacidad de fabricar nuestras viviendas, ¿para qué vamos a hipotecarnos de por vida para que nos faciliten una pequeña celda donde cohabitar?

Tenemos experiencia, tenemos conocimiento, trasladémoslo a los demás, seamos autosuficientes, en una palabra. ¿Qué problema hay? ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no vemos qué posibilidades tenemos para mejorarnos a nosotros mismos, mejorando nuestro entorno?

Seamos nosotros mismos nuestros propios salvadores, quienes podamos ayudarnos a nosotros mismos, y más aún, dando el ejemplo a los demás.

¿Hemos de ir por las calles anunciando nuestro producto? No, en absoluto, en Tseyor no se aplica el proselitismo, de ninguna manera. Se practica el ejemplo, y el ejemplo, el buen ejemplo también, y digo también, se contagia, y es bueno que se contagie. Pero nunca direccionalmente, nunca para conseguir más y más adeptos, eso sería absurdo.

El hombre y la mujer son suficientemente inteligentes como para entender realmente lo que les interesa, y van hacia donde les interesa. Y si están en sintonía, porque son afines a la misma, enseguida captan la frecuencia y, por arte de magia, se unen.

Se unen en una composición común, se reencuentran y se suman a esa lista que pronto será una larga lista de tseyorianos y tseyorianas con un objetivo común, que es la libertad de acción, que son autosuficientes, que no van a necesitar, o van a necesitar muy poco, determinadas cuestiones que hasta ahora parece que puedan ser imprescindibles para vivir.

Y cuando todo ello se haya comprendido, cuando estos tseyorianos y tseyorianas tengan plena confianza en el funcionamiento de su trabajo interior, se aplicarán a él y obtendrán los frutos de dicho trabajo.

Para llegar a este punto, será necesario preparación, mucha preparación, y estar en un continuo convencimiento de que esto es como una selva que, aunque todo pueda parecer pacífico, existe un elemento que puede llevarnos al desespero y al fracaso.

Sí, porque habréis de tener en cuenta, además, que mientras vuestras personas se muestren seguras, el ego se mantendrá a la expectativa, y en el momento en que flaqueéis, el ego será capaz de torceros realmente de vuestro camino y os hará seguir el suyo propio.

Mientras seáis fuertes, mientras estéis convencidos de vuestra propia capacidad, y vuestro accionar lo sea libre, puro y en equilibrio, el ego, aunque latente siempre, os dejará, os dejará además que funcionéis. Esperando obviamente y lógicamente también vuestro fracaso. Porque vuestro fracaso será evidentemente su éxito.

Esto es verdaderamente una selva, pero vosotros no sois depredadores, sois elementos humanos que tenéis derecho a vivir en ella, en esa selva, que puede ser una selva virgen, con toda clase de alimentos, con una naturaleza apropiada a vuestras capacidades y a vuestra mentalidad. Que, por cierto, si vuestra mentalidad está acorde al funcionamiento y al compás del universo, la naturaleza os lo dará todo.

Pero os lo dará todo no para que os sentéis en vuestra poltrona, viéndolas venir, sino que os lo dará todo para que a partir de ahí podáis dar el salto y enfrentaros al reto de vuestro trabajo divulgativo. Obviamente también, en espera del rayo sincronizador.

Amados hermanos, os mando mi bendición.
Amor, Shilcars.
                      

° ° ° ° ° ° °

[1] “En pos de” es una locución preposicional que significa “en seguimiento de”, “en busca de”, y no “en favor de”, como a veces se emplea equivocadamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus aportes son muy apreciados.