MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados
Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones
de la Monografía “EL AMOR Y LA
UNIDAD DE PENSAMIENTO”, que podemos hallar en nuestra
Biblioteca www.tseyor.com
El enlace es: http://www.tseyor.com/biblioteca/UNIDADDEPENSAMIENTO.pdf
Con amor,
Noventa
PM
__________
“Y la
unidad empieza con uno mismo.
Uno
mismo puede ser miles de personas, millones
de
personas a la vez. Así que ante todo habéis de unificar vuestro
pensamiento
a través de la autoobservación, y cuando esto se produzca
de
forma regular, os daréis cuenta de que estáis empleando
la
unidad grupal, el hermanamiento.”
***
“Y si
sois observadores os podréis dar
cuenta
que en la historia, cuando se ha tratado de implantar la
uniformidad,
ha sobrevenido el fracaso
más
estrepitoso.“
Shilcars
11) “El amor y la unidad
de pensamiento” – EL SIGNIFICADO
DEL AMOR UNIVERSAL
3.10. EL SIGNIFICADO DEL AMOR UNIVERSAL
Cuando hablamos de amor nos estamos refiriendo a todo, no
solo al amor que todos conocemos como muestra de cariño o de respeto, sino
cuando el amor se circunscribe a todo un espacio completo. Esto indica también
que nuestro amor deberá ser correspondido por nosotros mismos a través de una
comprensión infinita. Y ello únicamente es posible hacerlo a través de un
pensamiento puesto en la objetividad de un mundo adimensional, en el que
hallamos las claves que nos van a permitir un mundo participativo de unidad y
confraternidad.
El amor es la puerta que nos va a llevar a la comprensión,
porque comprensión es amor, es entender que formamos parte de un mundo global,
que somos el propio absoluto diversificado infinitamente. Nuestro planteamiento
será siempre global, y nuestro pensamiento deberá ir dirigido desde nuestro
interior hacia el exterior, y las circunstancias se podrán modificar
precisamente por eso, porque estaremos navegando en un mundo absoluto.
El amor
es la puerta que nos va a abrir a un mundo infinito de percepciones.
El amor
cuando lo circunscribimos a un plano tridimensional, es un amor conflictivo. Y
ahí caben muchas réplicas del mismo amor, pero siempre serán réplicas
subjetivas, y más o menos endulzadas por un pensamiento amoroso, pero completamente
subjetivo.
Estamos
hablando pues de inspiración, de percepción, de intuición, y un pensamiento de
este tipo solo se produce a través del amor. Lo comprenderemos fácilmente
cuando consigamos hacer ese traspaso adimensional, entonces se comprende todo.
Únicamente es posible este traspaso a través del amor. El amor
es más que un sentimiento, es equilibrio completo entre nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, de nuestro pensamiento, y en ese equilibrio avanzamos hacia un mundo
de perfección.
Con el amor entramos directamente por la puerta principal de
nuestra más íntima concepción adeneística, porque en el fondo el mundo de las
percepciones se crea entre los pliegues mismos del desarrollo nucleico, es una
extrapolación mental en la que nuestro cuerpo se ve envuelto de energía amorosa,
de felicidad, de tranquilidad, de equilibrio, de humildad, de paciencia… De
saberse único en este mundo tridimensional, pero compuesto de todos nosotros,
de todo lo que nos rodea, y en ese mismo momento nos imbuimos de amor.
Por lo tanto, estamos hablando de un amor absoluto, de un amor
total, en el que la mente humana se doblega ante la voluntad imperiosa del
infinito, y accede abrir esa puerta misteriosa de la percepción.
Y allí encontramos ese punto en el que nos es posible observar,
como si de una gran ventana abierta en el infinito se tratase, y pudiésemos ver
directamente el desenvolvimiento del mundo tridimensional en el espacio-tiempo,
y desde ahí establecer unas coordenadas de comportamiento, y conocer lo que hemos
de conocer, en función de nuestro grado vibracional. Y, en ese punto, amamos.
El amor
es la corresponsabilidad con el absoluto. Y dicha correspondencia se establece en un mundo de
equilibrio y armonía. Es muy sencillo, se trata de hallar ese estado que nos
permite la armonía y equilibrio, el estado de tranquilidad y paz, y en ese
momento es muy fácil trascender este espacio tridimensional y situarnos en una
órbita en la que es posible configurar de nuevo nuestros planteamientos
vivenciales, modificarlos si es preciso, y enriquecerlos si lo creemos
oportuno, que esto significa utilizar debidamente nuestro libre albedrío.
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