martes, 31 de diciembre de 2013

FELIZ 2014- CUENTO DE HM SHILCARS: “EL PEQUEÑO CHRISTIAN”

CUENTO DEL HM SHILCARS: “EL PEQUEÑO CHRISTIAN

FELIZ 2014 EN ESTA EDAD DE ORO DEL AMOR


PRIMERA PARTE

Amigos, hermanos, atlantes todos, buenas noches, soy Shilcars del planeta Agguniom. Como siempre a vuestro servicio humildemente. 

Y, previendo que hoy va a ser prácticamente una exposición literal más bien afirmada en un contexto fantasioso, ilusorio, como aquellas exposiciones que alrededor de la lumbre vuestros antepasados celebraban en comunión, imaginando proezas y hazañas muchas veces fantásticas y totalmente inventadas, pero que conseguían con su narración entusiasmar y elevar el ánimo de los oyentes, hoy, por ser el día que es, podríamos, con vuestro beneplácito, hacer una incursión en este mundo de fábulas explicando un cuento. 

Y, por qué no, un hecho que también puede estar celebrándose ahora mismo. Por cuanto no tiene otro sentido que llevar a vuestros corazones y a vuestro pensamiento, la idea de la eternidad, del aquí y ahora. 

Así pues, en este contexto y con vuestro permiso, como digo, vamos a dejar de lado la tónica general e introducirnos en este mundo de ilusión, como si fuésemos niños adultos, y vamos o podremos relatar una realidad muy constatable por cierto en estos tiempos que corren.

Aunque, en realidad, la psicología de los elementos que intervienen forman parte de esta majestuosa presentación cósmica, con unos ingredientes enraizados en una composición o melodía cósmica. Es por eso que siendo como es hoy 7 de diciembre, un 7 de diciembre que cabalísticamente podríamos equiparar a un 25 de diciembre, con toda la resonancia cósmica que dicho número y fecha puede representar, podríamos empezar exponiendo nuestro relato, y confío en que a todos nos parecerá interesante e instructivo. 

El presente relato consta de cuatro tiempos. Cuatro escenografías que como es natural en su realidad podrían representarse instantáneamente. Porque se suceden las cuatro en un mismo instante. 

Claro que en este nivel tridimensional es necesario darlas por separado para que la mente pueda coordinar y discernir cada planteamiento. Porque simultáneamente aún no es posible para unas mentes como las vuestras, que necesitan del espacio tiempo para coordinar adecuadamente.


(Primer Tiempo/Mundo I)

Así, en el primer acto que se formaliza justamente 7 minutos antes de la venida del rayo sincronizador, se representa un escenario en el que aparecen unos personajes.
Se trata de un hombre y una mujer. Localizados en una habitación de hotel en la que furtivamente se han reunido para el amor. Para disfrutar de mutua compañía una vez más, como lo han venido haciendo en los últimos años. 

En esa habitación se hallan, pues, Magda, una chica soltera, enamorada de su superior, jefe de la empresa en la que ambos trabajan, y que a escondidas de una relación matrimonial por parte del caballero, en este caso Joseph, estudian ambos la geografía anatómica y sus relaciones amorosas, con mucho respeto, con mucho amor. Y siempre confiando en que la llama del amor no se extinga. 

Pero hoy va a suceder algo muy especial y que va a marcar definitivamente sus vidas y la relación de dicha pareja. 

Acto seguido, Joseph llama por teléfono a su esposa diciéndole que se encuentra retenido en un aeropuerto de otra ciudad muy distante de la que está llamando. 

Problemas atmosféricos, le cuenta, le impiden estar esa noche con ella, y con su hijo de pocos meses de edad, su pequeño Christian. Tan pronto se resuelvan las circunstancias que le retienen en el aeropuerto, emprenderá viaje a casa. Y así termina esa primera exploración.

El caso es que esta vez Joseph está decidido plenamente a terminar con la relación extraconyugal. Y lo tiene ahora muy claro. Entiende que ama verdaderamente a su esposa, y que la misma no se merece esa gran mentira. Escenificada solamente por el puro deseo, y en la creencia de que su relación extramatrimonial se debe al amor. Eso mismo se lo contará a Magda.

Magda es una mujer que en realidad no ama verdaderamente a Joseph, y sí fascinada, y más aún después del nacimiento del hijo de este, Christian, que no sabe el porqué ha alterado tanto su psicología que hasta se siente mucho más ligada al pequeño. 

Y está luchando desesperadamente por mantener la relación. Incluso es capaz de cortar la que une a Joseph con su esposa Mary, con tal de unir su vida con un hijo que no es su hijo, pero que lo siente como si fuese ella misma quien le hubiese dado vida.   

Joseph le cuenta la situación, y ella se desmorona. No entiende el porqué. Después de tantas promesas e ilusiones, el espacio que ha creado para ella misma se desvanece.    

Pero Joseph le está hablando de corazón. Porque Joseph en este momento ha comprendido verdaderamente el lazo que le une con su mujer, con su esposa, y con su bendito hijo Christian.

En ese momento de comprensión, que tal vez se haya debido a una última asignatura pendiente, Joseph se ve sorprendido verdaderamente… 

Hace entrada el rayo sincronizador, iluminando toda la estancia con un potente estruendo. Una gran luminosidad que consigue desintegrar plenamente a las dos criaturas que en ese momento están hablando, y reconociéndose en un aspecto y otro de su gran realidad.



(Segundo Tiempo/Mundo II)

En este momento aparece un nuevo cuadro u escenario. No hace falta decir que en un mundo paralelo al anterior, y que al mismo tiempo se ha ido registrando simultáneamente con el primero. 

Ahí aparece como escenario un restaurante. En dicho lugar, sentadas una enfrente de otra, en una mesa en la que están tomando café, se hallan Magda y Mary. 

A ambas les une una gran amistad. Desde pequeñas han vivido juntas y disfrutado de mutua compañía, una compañía de amistad muy pura. Hasta que llegado un momento sus vidas se dividieron. 

Por una parte, Mary se casó con Joseph, y Magda continuó sola buscando nunca supo qué. Aunque ahora lo tenía muy claro, clarísimo. Amaba profundamente a Mary. 

Y así le habló a Mary. Le comunicó el gran amor que sentía por ella, que era más que amistad. Y le propuso al mismo tiempo unirse las dos en pareja, vivir juntas. Y todo ello porque Magda entendía que había un componente común que las podía unir, que era el pequeño Christian. 

Así que Magda se expresaba de esta forma y le pedía que obviara la presencia de Joseph. Que ellas dos podrían llevar adelante el hijo. Que dos mujeres serían dos madres perfectas para educarlo y que, como el cariño de las madres, no hay ningún otro cariño que pueda compararse. 

Mary, mujer centrada, a pesar de querer muchísimo a su amiga de la infancia, no podía aceptar tal proposición. Si bien podía entender sus circunstancias y por eso la disculpaba. 

No es que Mary viese mal una unión de este tipo, cuando dos seres humanos se quieren y se aman, pero últimamente, y muy especialmente después del nacimiento de su hijo Christian, algo importante había pasado en su vida que la unía mucho más a esa tríada entre Joseph, Mary y Christian. 

Por un instante comprendió lo sagrado de ese triángulo de amor. Lo entendió profundamente, y le dijo: “No, lo siento”.

De pronto, una luz procedente del exterior, un gran rayo de luz, iluminó el local y todo desapareció. Los personajes se esfumaron.



(Tercer Tiempo/Mundo III)

En el tercer acto aparece una escena que podríamos considerar de dantesca. Dolorosa especialmente para sus protagonistas. En este caso, tenemos a Magda enferma. Muy enferma en la cama, agonizando. Siendo acompañada por unos padres amorosos, resignados a la pérdida de su querida hija. 

Sus padres, Joseph y Mary, están observando la agonía de su hija Magda.
Aquella niña que desde muy joven quiso conocer mundo. Porque el que le habían preparado sus padres le resultaba pequeño. Insuficiente ante las ansias de vivir en libertad, y por conocer otros pueblos y ciudades.

Y en su deambular, algunas veces erró y otras aprendió profundamente. 

Aunque un día, un día de locura de amor, llegó a producirse algo maravilloso, y que en estos momentos estaba durmiendo plácidamente en la otra habitación, junto a la que ella estaba agonizando. De esa locura de amor tuvo un hijo, Christian, un niño hermoso donde los haya. 

Y en su lecho de muerte pensó que había valido la pena conocer el mundo y pasar tanta fatiga, tanto sacrificio, y de que en sus momentos finales comprendiese perfectamente el sino de su vida: que no era otro que tener a su hijo Christian. Por lo tanto podía morir en paz. 

A su hijo nada le iba a faltar por cuanto tenía a sus queridos abuelos, que podrían ocuparse perfectamente de su educación y crecimiento. 

Y por eso, en ese momento de comprensión, cual chispazo de consciencia pura, algo pasó también en esa habitación que se iluminó completamente, y de tal fuerza fue su vibración, que los personajes se desvanecieron, quedando todo a oscuras, en la nada.
 


(Cuarto Tiempo/Mundo IV)

Y ahí aparece el cuarto acto. Que en parte lo dejaremos inconcluso para que todos vosotros podáis añadirle aquello que más convenga a vuestro concepto o idea.

Pero básicamente se presenta ahí un espacio, un mundo paralelo de mucha más vibración. Un mundo luminoso en el que habitan miles de seres, miles de atlantes, millones. Infinito su número. 

Allí todos están viviendo en armonía, en equilibrio. Por aquí y por allá grupos hablando, debatiendo, organizando incursiones en otros mundos. Porque claro está, estamos hablando de un mundo renovado, un mundo superior. Diferente a los otros tres anteriores de menor vibración. 

Este mundo actual en el que estamos ahora es un mundo en el que las mentes atlantes poseen el don de la clarividencia, es un mundo en donde todos conocen y reconocen perfectamente su capacidad. Y se reconocen en infinitas vidas simultáneas. 

Ahora están todas sus réplicas unidas, como si desde ese punto empezara una nueva proyección cósmica, o en este caso debiera empezar una nueva aventura cósmica.

Todos contentos y felices porque han llegado de unos mundos en los que la oscuridad era patente y evidente. Y al final, liberados de dichas  limitaciones, aparecen con unas mentes realmente prodigiosas. 

Y en uno de estos grupos se hallan presentes los personajes que antes hemos citado. En primer término, el pequeño Christian. Un ser muy especial, de una gran vibración, poderosa, terriblemente poderosa, y que se acerca a Mary, a Joseph y a Magda, y les dice:

“Muy bien, lo habéis hecho muy bien. Ha sido una gran prueba. Podemos estar satisfechos. 

Os propongo una nueva aventura, pero esta vez de otro nivel. Tal vez más conscientes pero no dejará de ser una aventura. 

Para ello voy a necesitar, o vamos a necesitar, 12 voluntarios más…”. 

Y aquí se acaba el cuento, de momento claro está. 

Amigos, pensad, fluid… 

Sed muy felices porque en realidad el pequeño Christian está ofreciendo a sus colaboradores, a sus hermanos menores, la posibilidad de una incursión en una época que podríamos situar muy bien en un 25 de diciembre. 

º º º

De la monografía: "Los cuentos de Tseyor", pag. 25


de nuestra Biblioteca: www.tseyor.com

º º º


Feliz Año 2014 para todos, en la Edad de la fraternidad, de la Luz, de las Sociedades Armónicas.

Con amor,
Tseyor en Perú

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus aportes son muy apreciados.