27) “La Nada”– LA INTERMITENCIA CUÁNTICA

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS

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Hola amados Hermanos:

Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “LA NADA. LA EXPERIENCIA DE LO INMANIFESTADO”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es:

Con amor,

Noventa PM

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“La Nada es ese estado

de libertad que nos proporciona

nuestro propio pensamiento. Ese pensamiento

puesto en el Amor, en la Nada; en ese

no pensar que nos invade

y transporta.”

Shilcars

27) “La Nada”– LA INTERMITENCIA CUÁNTICA

5. LA INTERMITENCIA CUÁNTICA

Una de las teorías cuánticas sostiene que el universo aparece y desaparece de forma intermitente y continua. Lo hace con tal celeridad que no podemos apreciar esta intermitencia.

            De hecho, todos los fenómenos de la creación son cíclicos e intermitentes, los cuantos energéticos y luminosos lo son de la misma manera.

            Este fenómeno ha sido puesto en relación con el Absoluto. Por propia naturaleza, el Absoluto no es intermitente ni siquiera aparece como tal en la manifestación.

            El Absoluto es, por principio, inmanifestado. Si bien se hace patente a través de su manifestación.

            La manifestación es provisional, evolutiva, cambiante, intermitente y relativa, propiedades que no puede compartir con el Absoluto.

            Esta forma de manifestarse lo Absoluto en lo relativo, es un misterio, sobre el cual se han hecho muchas especulaciones.

            Pensamos que el Absoluto crea y absorbe sus creaciones de forma periódica e intermitente. De esta forma experimenta y se retroalimenta constantemente.

            Tal vez en este limitarse y relativizarse, escindirse y diferenciarse, el Absoluto realiza el juego del amor, que para dar necesita previamente diferenciarse, pues dar es siempre dar a otro.

            Toda la creatividad del universo se basa en el carácter cíclico e intermitente. El pensamiento también es cíclico e intermitente.

            Y, siendo de esta manera, en realidad no es. Fluctúa, no permanece, no es ser, sino existencia. Y la existencia por principio no es.

            De esta manera entramos en el mundo de las paradojas cuánticas, que no son más que las paradojas en que se sustenta toda creación, la cual no siendo es, y siendo no es.

            Nosotros somos y no somos al mismo tiempo. Somos, y en tanto que tales pertenecemos a la Nada. No somos, y por eso no permanecemos, nos manifestamos intermitente y creativamente.

            Esta propiedad nos libra de un universo estático y siempre igual a sí mismo. Por el contrario el universo es cambiante, modificable, creativo. Siendo de esta manera resulta, desde luego, menos aburrido. 

            Tenemos que comprobar, observar, asumir el fenómeno de la intermitencia cuántica como propiedad del microcosmos y aplicarla a nosotros mismos, a nuestro pensamiento, desapegándonos de lo aparente e ilusorio.

            Si no somos nada, lo podemos ser todo y experimentar el todo manifestado. Y este es el sentido del universo: servir a la experimentación y a la retroalimentación del Absoluto. Cada cual, desde su libertad, debe elegir de qué manera ejerce este servicio. 

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