MENSAJES
DESDE LAS ESTRELLAS
***
Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de
la Monografía “Psicología
Transpersonal. Mensajes de Sili-Nur”, que podemos hallar en nuestra
Biblioteca www.tseyor.com
El enlace es:
Con amor,
Noventa PM
__________
Digamos basta ya a
la
Inexorable
recurrencia de vida
tras vida en una
oscuridad casi total
del individuo.
Démosle la visión completa
de su panorama
espiritual. Enseñémosle
los primeros
pasos a seguir
por el camino de la
evolución
espiritual.
SILI-NUR
59) “Psicología Transpersonal”– DESORDEN MENTAL
60. DESORDEN MENTAL
Nuestro espíritu se reviste de materia regida
por todo un proceso adeneístico, y en el que se configura un movimiento
continuo bajo el aspecto del determinismo.
Todo ello nos dará a entender que en nosotros
existe una realidad, por cuanto nuestros centros vitales así nos lo
representan. Pero en el fondo no existimos como tales elementos, y sí como
pensamientos individuales que forman parte de un nexo común, cual es el
Espíritu Central, Absoluto o Todo.
Encarnamos en el mundo tridimensional, en la
tercera dimensión, para frecuentar un proceso y soliviantarlo en base a
descargas energéticas, que pueden hacernos variar de vibración en momentos
determinados de nuestra existencia tridimensional.
Dicha existencia temporal nos permite
contemplarnos individualmente, formando parte no obstante de todo un proceso
global u holográfico.
Mediante un traspaso energético constante y
alternativo, vamos aprendiendo y asimilando una conformación determinada a un nivel
energético.
Con dicha conformación, nuestros elementos o
arquetipos van aflorando de una determinada manera, en función también de
nuestra comprensión.
Aquí la pregunta radica en si la comprensión
de nuestra experiencia vital, de nuestro deambular por este espacio físico
tridimensional, se asimila a través de nuestro cerebro temporal, o bien nuestro
cerebro temporal es la espita abierta hacía un mundo eterno de comprensión, y
tan solo actúa en función del más o menos despierto concepto intelectual.
La pregunta también podría derivarse hacia si
la comprensión absoluta de toda la base experimental, que exprofeso aplicamos
en esta tercera dimensión, va a servir en su totalidad para ser asimilada
completamente, o van a quedar pequeños puntos por comprender.
Otra pregunta necesaria por hacerse, es si
todo ese conglomerado holístico, toda esa experimentación tratada sobre la base
de unos ilusorios escenarios gráficos y virtuales, puede servir para el
desarrollo y evolución de nuestro espíritu.
Y poniendo de antemano en cuestión, si
nuestro espíritu en realidad lo es, o únicamente es un esquema o gajo
determinado con que el Espíritu Global se alimenta o retroalimenta de todo el
proceso global.
A partir de ahí, ya podríamos formularnos un
montón de preguntas más. Infinitas preguntas que en la mayoría de los casos van
a dar al traste con una mente racional determinista y empírica, por cuanto son
preguntas a veces incontestables a través de una mentalidad sujeta solo a un
tratamiento tridimensional.
Pero la formación abiótica del individuo
pensante es una solución limitada aunque imprescindible, por cuanto a través de
la propia necesidad de aprender y saber de lo que no se sabe, pero que se
intuye que pueda existir, aparecen nuevos planteamientos que clarifican un
entorno psicológico, y a la par, mejoran el rendimiento intelectual.
Un rendimiento intelectual del que no vamos a
desdeñar en absoluto ni una sola migaja, pero al que no le vamos a dar valor
absoluto, por cuanto es únicamente una pieza más de todo un complejo y
laberíntico proceso holográfico.
En general, la conducta humana viene
transcendiendo espacios virtuales. Virtuales pero de indudable interés por
cuanto traen consigo la obtención de ciertos rendimientos. Dicho estímulo
participará de un modo muy importante en la toma de decisiones.
El individuo empezará a darse cuenta de que
por medio de su voluntad y del deseo de permanecer de forma más fehaciente en
un espacio tridimensional, puede llegar a participar, de algún modo, en la
formación de ciertos estímulos motivacionales que más tarde o más temprano
repercutirán en su buen hacer.
Claro que no siempre los deseos se cumplen,
porque en definitiva nuestro ser interior ha venido aquí, en esta tercera
dimensión, para llenar aquellos espacios oscuros de conocimiento y que necesita
clarificar para seguir con esa rueda de la evolución.
Así, cuando un espíritu reencarna, toma
cuerpo físico en esta tercera dimensión, su conducta viene determinada por su
programa o proyecto inicial que, circunstancialmente, suele variarse por
determinadas conductas egoicas, y que adrede se han vertido en su propio camino
para hacerle recapacitar.
En las dificultades, en los problemas, en la
lucha diaria por la supervivencia por ejemplo, y también con las enfermedades,
con las desdichas, con los disgustos, con la pérdida de seres queridos… el ser
humano empieza a sensibilizarse y a darse cuenta de que este mundo no es
solamente un hábitat previsto para identificarse en él, disfrutarlo, gozarlo,
sino también que deberá existir un componente neutral pero de alguna forma
importante, para que en realidad su vocación como ser humano se vea cumplida.
A lo largo del tiempo y en la medida en que
el ser humano reflexiona sobre su trascendencia, sobre el motivo del por qué
está aquí, de dónde viene y hacia dónde va, dichas preguntas actúan en él a
modo de disparador o motivador y acertadamente o no va recibiendo respuestas.
Respuestas que como digo, acertadamente o no,
resuelven de algún modo dicha temporalidad.
Respuestas afirmativas, positivas, objetivas,
que le llevan por un camino de clarificación, de perfección, y sitúan al
individuo en un modelo equilibrado psicológicamente.
Y además, ello actúa como trampolín para que
su comprensión acceda a espacios de pensamiento más profundos y cada vez más
elevados, y por ende se separa más y más de un aspecto territorial o material o
de tercera dimensión, al llegar a comprender la realidad del mundo como un
componente tridimensional holográfico, y por lo tanto virtual.
En el otro aspecto, el individuo, si no
recapacita sobre el motivo real de su existencia material, sobre el porqué de
sus circunstancias, y evita de algún modo introducirse en el campo de la
introspección y la reflexión seria y profunda, y de la autoobservación de
instante en instante, se halla entonces ante
un callejón sin salida.
Efectivamente, se encuentra ante una gran
dificultad, para él insalvable en ciertos momentos, y opta por el camino
digamos más fácil, más sencillo, más simple, pero de indudable peligro para una
reflotación a un nivel espiritual, evolutivamente hablando.
Y en esa dirección tomada erróneamente o
subjetivamente, el individuo va perdiendo paulatinamente su propia capacidad de
raciocinio.
En el fondo el individuo necesita, y persigue
de algún modo también, la razón exacta de su posicionamiento.
Es una inquietud original y determinativa, y
para ello se establece un puente de unión con su propio Ser. Dicha comunión
representa un antídoto ante ciertas desenvolturas erróneas.
Cuando esto último no se cumple debidamente,
el individuo halla en el razonamiento intelectivo muy poca solución, por cuanto
su direccionamiento está equivocado.
En ese fondo de error o subjetividad es
cuando aparecen nuevos desequilibrios físicos y mentales.
En cuanto a desequilibrios físicos, podemos
citar todo tipo de enfermedades, e incluso situaciones graves o irreversibles.
En el aspecto psíquico, se puede indicar la
ausencia total de objetividad por un desequilibrio patente entre su yo superior
e inferior.
Y así podríamos citar determinados casos que
clínicamente han sido ya estudiados, y en el que corresponde destacar la
apertura inadecuada del sexto sentido, que puede repercutir en un mal
funcionamiento de la glándula hipófisis y favorecer la separación entre los dos
caminos que conducen a la objetividad y al equilibrio.
Clínicamente se reconocen como serios casos
de desenvoltura inercial producidos por un desequilibrio entre
cerebro-cerebelo, ocasionando una apertura mental inadecuada: dificultades de
comunicación a través del lenguaje, del pensar, del aprendizaje cognitivo, etc.
Sintomatología que va a ir sumiendo al
individuo en un estado progresivo de ansiedad, de insatisfacción, de
irritación, con el riesgo incluso de ir en contra del principio mismo de
supervivencia.
º º º º
º º º
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus aportes son muy apreciados.