5) “La Necesidad Abiótica”– LA MUERTE EN REALIDAD NO EXISTE

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS

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Hola amados Hermanos:

Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “LA NECESIDAD ABIÓTICA”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es:

http://www.tseyor.com/biblioteca/LANECESIDADABIOTICA.pdf

Con amor,

Noventa PM

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"Se trata pues de pensar

en lo nuevo. Se trata pues de

crear un puente de pensamiento hacia

el infinito, cuyas bases o soportes no se

hallan en este sino en otros mundos,

y en los que si prestáis atención

los llegaréis a alcanzar."

SHILCARS

5) “La Necesidad Abiótica”– LA MUERTE EN REALIDAD NO EXISTE

4.8. LA MUERTE EN REALIDAD NO EXISTE

La muerte tal y como la conocéis no existe. De hecho, solo se trata de ciertos cambios en los equipamientos neuronales y mentales que os sitúan en otros procesos de pensamiento y de razonamiento, no así de las posibilidades innatas que permite un espacio tridimensional.

Así pues, cuando se efectúa el denominado traspaso o muerte física, lo único que se alcanza es una zona intermedia adimensional, y en la que es posible estructurar y posicionar conductas anteriores y procurar los necesarios esquemas para aplicarlos debidamente en una próxima reencarnación.

La muerte física tal y como la conocéis es una necesidad abiótica producida por desconocimiento. Morís precisamente por desconocimiento de que la muerte no existe.

4.9. LA ABIÓTICA NOS APORTARÁ LO NECESARIO

Mañana puede adoptar forma inteligente cualquier otra morfología diferencial a la del ser humano actual. Y esto no va a significar, de ningún modo, que la periodicidad evolutiva y sus reglas cósmicas no se cumplan.

Pero ese no es el caso. Estamos convencidos de que la raza humana va a continuar por ese mismo proceso evolutivo. Justamente porque se está dando cuenta al nivel consciente, si bien muchos miles aún inconscientemente, de esa necesidad abiótica que debe procurar la retroalimentación necesaria para su supervivencia y perdurabilidad en el cosmos.

4.10. UNA NECESIDAD ABIÓTICA DE ORIGEN CÓSMICO

La constitución adeneística es el eje básico en el que se manifiesta toda la creación.

Por eso, en vuestro organismo no hay nada dejado al azar, nada es por casualidad. Tal vez desconocimiento del propio individuo, pero no de ese conocimiento superlativo de unidad global.

Ahora de lo que se trata es de transferir a la raza humana, parte de la información neuronal que existe en ese cosmos holográfico de pensamiento.

Transferirla, como digo, a esos individuos que en su posicionamiento psicológico pretenden, por derecho propio, establecer esa conexión con el multiverso.

En este caso transferirla a vuestra civilización, pero no por deseo del propio individuo o sujeto, sino por propia necesidad abiótica del mismo universo en cuestión.

Porque es un cambio importante, trascendente y universal. Y por eso mismo se preconiza el cambio.

4.11. EL PLANETA VIBRA A TRAVÉS DE UNA RELACIÓN ABIÓTICA

A través de nuestro pensamiento vamos a transmitir a los demás energía vivificadora. Por eso con nuestro pensamiento podemos llegar a regenerar al planeta todo.

Modificándonos nosotros, mejorándonos nosotros, mejoramos al planeta. ¿Y qué es el planeta sino algo vivo, algo que vibra a través de una relación abiótica, y que indiscutiblemente nos ha dado la vida, y está dando la vida a todos los demás seres?

Entonces, en cuanto a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros hermanos, a todo el conjunto humano dentro de este mundo holográfico, y vuelvo a insistir en ello, llegaremos a modificarlos positivamente a través de nuestra propia modificación consciente, espontánea y con el correspondiente libre albedrío. Nunca a través de la imposición de creencias, religiones o dogmas. Esto supongo que puede quedar muy claro, ¿verdad amigos?

           En el universo interdimensional, en el mundo objetivo, en el mundo de las ideas, existe la creatividad, por lo tanto en este punto todo es creativo.

           Lo único que no es creativo es el mundo del pensamiento subjetivo, el pensamiento propiciado por el racionalismo determinista, por el ego.

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