MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de
la Monografía “LA
NADA. LA EXPERIENCIA DE LO INMANIFESTADO”, que podemos hallar en nuestra
Biblioteca www.tseyor.com
Con amor,
Noventa PM
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“La Nada es ese estado
de libertad que nos proporciona
nuestro propio pensamiento. Ese
pensamiento
puesto en el Amor, en la Nada; en ese
no pensar que nos invade
y transporta.”
Shilcars
2. INFORMACIONES SOBRE LA NADA EN LA ETAPA SILI-NUR
“Trascendiendo mentalmente este espacio
ilusorio, hallaremos la Nada. Pero, ¡oh, paradoja!, en esa Nada recrearemos
nuestra realidad. Una realidad en un movimiento continuo, rico en procesos
mentales sublimes.”
Sili-Nur
SER CONSCIENTES DE NUESTRA NADA
Sili-Nur
Podríamos empezar por ser conscientes de nuestra
nada. De que nada somos, conocemos o sabemos. Y es que nada del saber puramente
intelectual nos es del todo necesario ahora, en estos momentos, en esta época,
si lo que anhelamos es subir por ese imaginario escalón vibratorio del
despertar de la consciencia.
Ignoremos, de alguna forma, pensamientos que puedan
inducir a un afincamiento de la personalidad, a un reforzamiento del yo tridimensional,
porque de algún modo estaremos dando alimento al ego. Esa masa egoica añadida a
nuestra psicología, y que desvirtúa el pensamiento consciente y objetivo.
Es indudable que el ser humano de esta generación
necesita, en el cambio cósmico que se está generando y que ya es evidente a
escala planetaria, una transformación profunda de sus estructuras mentales. Y
mientras estas se apoyen únicamente en digamos muletas de pura intelectualidad,
el avance va a resultarle muy difícil.
Está bien que dispongamos de un vasto conocimiento
sobre determinadas materias: matemáticas, física, química, biología… pero todo
ello no es suficiente para el próximo salto evolutivo. Todo lo que alcanza
nuestro entendimiento, que podemos tocar, oír, ver; todo lo físico y perenne,
en cierto modo es relativo y por lo tanto ilusorio, maya. La realidad verdadera
se encuentra en lo que aparentemente no existe, en lo “invisible” que no se ve
y siente, y es porque está más allá de nuestros cinco sentidos.
Trascendiendo mentalmente este espacio ilusorio,
hallaremos la Nada. Pero, ¡oh paradoja!, en esa Nada recrearemos nuestra
realidad. Una realidad en un movimiento continuo, rico en procesos mentales
sublimes.
Icotrem
En un estado absoluto de comprensión nada existe. En
realidad, nada existe donde no existe la dualidad. En cambio, es evidente que
existe un pensamiento que puede trascender esa misma realidad absoluta y
transformarse en un verdadero pensamiento objetivo, pero analizado bajo la
perspectiva de un pensamiento subjetivo.
Por lo tanto, hablar sobre conceptos ultrasensibles,
del Fractal, de la cuántica, de la física nuclear o molecular y de los
micromundos, es estar hablando de algo en el que no existen barreras para el
pensamiento y, por lo tanto, para la realidad absoluta. Nos estamos refiriendo
a la Nada.
Por ello, los científicos que buscan la realidad
conceptual verificándola en base de unos razonamientos, fórmulas matemáticas y
científicas, teorías, cálculos algebraicos y altas cotas numéricas, deben
encontrarse, forzosamente, ante la disyuntiva de creer que lo que están
percibiendo a través de su comprensión, es más la apariencia de las cosas que
su propia esencia.
Icotrem
También podríamos pensar que si nada
existe más allá de nuestro pensamiento, si el propio pensamiento no existe en
un mundo de realidad absoluta o trascendente, ¿para qué iba a ser necesario
luchar, esforzarse y aplicarse en la evolución del pensamiento? Bajo este punto
de vista sería absurdo aplicar esfuerzos y dotar recursos a descubrir que la
realidad de lo que estamos buscando es tan solo la Nada.
Aunque un fenomenal absurdo sería creer que la
Inteligencia, el Don de la Creatividad, el Pensamiento que de alguna forma nos ha creado y distribuido por este
espacio y por otros muchos miles de espacios, por no decir millones de millones
de espacios paralelos al nuestro, hubiese errado su percepción o su propia
perfección hubiese sido errónea, al permitir que pudiésemos pensar, para llegar
a la conclusión de que no existe ni nuestro pensamiento, ni nada que se le
asemeje.
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