jueves, 6 de junio de 2013

5) “El Amor y la Unidad de Pensamiento”– LA MATRIX SOLO PUEDE ABANDONARSE CUANDO ESTÁIS EN ARMONÍA

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “EL Amor y la Unidad de Pensamiento”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es:

Con amor,
Noventa PM
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La Unidad somos todos.”
“El amor es la puerta que nos abre a
un mundo infinito de percepciones.”
Shilcars

5) “El Amor y la Unidad de Pensamiento”– LA MATRIX SOLO PUEDE ABANDONARSE CUANDO ESTÁIS EN  ARMONÍA


3.9. LA MATRIX SOLO PUEDE ABANDONARSE CUANDO ESTÁIS EN  ARMONÍA

El plano material, esa especie de Matrix que modernamente se ha denominado al espacio tridimensional, y que muy bien refleja el posicionamiento de vuestro estado vivencial, esa Matrix, como digo, solamente puede abandonarse cuando todo vuestro universo mental está en armonía.


Y técnicas, procedimientos, ejercicios para el desapego, no son muy aconsejables si el individuo no tiene una formación intuitiva apropiada para hacerlo. Porque el conocimiento, si no se asimila, si solamente es intelectual, aunque pueda serlo de muy buena fe y con muy buenas intenciones, no es el  adecuado.


Porque lo que se necesita es un pensamiento trascendente de unidad, que no de uniformidad, hemos hablado de ello en anteriores ocasiones, y cuando el individuo llega a esa unidad de pensamiento, que quiere decir estar consigo mismo plenamente consciente, y liberado de prejuicios, de miedos, de condicionamientos, de pesares, de deseos, el mismo individuo entiende que ha llegado el momento del desapego.


Su renuncia a ese estado tridimensional ya no es renuncia, sino que es liberación. Pero nunca una cobardía, ni una huida hacia delante, sino un paso adelante firme y sereno. Y entonces el individuo se sirve de sí mismo para servir a los demás. Sí, sirve a los demás, porque entonces entra en él el amor, y se sirve a los demás amando, queriendo, anhelando.


Entonces el ser humano se transforma, y ningún ejercicio por muy típico y tradicional o cultural o religioso que pueda ser, de cualquier disciplina que pueda haber en el mundo, no va a servir. Porque ese salto cualitativo, ese salto cuántico en el Hombre, se va a producir precisamente por su sistema adeneístico. Cuando sus espirales adeneísticas empiecen a vibrar a través de esa “serpiente” que sube hacia arriba, simbólicamente. Esa serpiente de las dos cabezas llamada kundalini, que solamente asciende cuando el individuo por sí mismo genera la bondad y el amor suficiente como para que aquella despierte y le libere.


Y entonces, sí, amigos míos, entonces el ADN se enriquece, por decirlo de algún modo. El cromosoma recobra su fuerza primigenia. No pierde su cualidad con el tiempo, se rejuvenece a sí mismo y por sí mismo, y revitaliza todo el organismo y lo mantiene joven y eterno. Porque ha vencido a la muerte. Porque se asemeja a sí mismo. A sí mismo como Dios Creador Absoluto.


Pero es precisamente porque el hombre ha entendido que es el ser más humilde de la creación, y al mismo tiempo el más importante, porque el Amor está en él. Y esa importancia es para él relativa, por cuanto nada existe, porque todo existe.


Bien, pues habiendo hablado vosotros en ese aspecto, entiendo que formularéis preguntas íntimas en otro momento, en otro lugar, por ejemplo en el sueño, y recibiréis, cada uno de vosotros, la respuesta que precisáis. Y sin duda alguna esa respuesta se asimilará a vuestra propia consciencia, y tal vez suceda inconscientemente, pero habréis ascendido unos grados en esa espiral evolutiva, de eso no os quepa duda.


3.10. EL SIGNIFICADO DEL AMOR UNIVERSAL


Cuando hablamos de amor nos estamos refiriendo a todo, no solo al amor que todos conocemos como muestra de cariño o de respeto, sino cuando el amor se circunscribe a todo un espacio completo. Esto indica también que nuestro amor deberá ser correspondido por nosotros mismos a través de una comprensión infinita. Y ello únicamente es posible hacerlo a través de un pensamiento puesto en la objetividad de un mundo adimensional, en el que hallamos las claves que nos van a permitir un mundo participativo de unidad y confraternidad.


El amor es la puerta que nos va a llevar a la comprensión, porque comprensión es amor, es entender que formamos parte de un mundo global, que somos el propio absoluto diversificado infinitamente. Nuestro planteamiento será siempre global, y nuestro pensamiento deberá ir dirigido desde nuestro interior hacia el exterior, y las circunstancias se podrán modificar precisamente por eso, porque estaremos navegando en un mundo absoluto.

El amor es la puerta que nos va a abrir a un mundo infinito de percepciones.
El amor cuando lo circunscribimos a un plano tridimensional, es un amor conflictivo. Y ahí caben muchas réplicas del mismo amor, pero siempre serán réplicas subjetivas, y más o menos endulzadas por un pensamiento amoroso, pero completamente subjetivo.


Estamos hablando pues de inspiración, de percepción, de intuición, y un pensamiento de este tipo solo se produce a través del amor. Lo comprenderemos fácilmente cuando consigamos hacer ese traspaso adimensional, entonces se comprende todo.


Únicamente es posible este traspaso a través del amor. El amor es más que un sentimiento, es equilibrio completo entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu, de nuestro pensamiento, y en ese equilibrio avanzamos hacia un mundo de perfección.


Con el amor entramos directamente por la puerta principal de nuestra más íntima concepción adeneística, porque en el fondo el mundo de las percepciones se crea entre los pliegues mismos del desarrollo nucleico, es una extrapolación mental en la que nuestro cuerpo se ve envuelto de energía amorosa, de felicidad, de tranquilidad, de equilibrio, de humildad, de paciencia… De saberse único en este mundo tridimensional, pero compuesto de todos nosotros, de todo lo que nos rodea, y en ese mismo momento nos imbuimos de amor.


Por lo tanto, estamos hablando de un amor absoluto, de un amor total, en el que la mente humana se doblega ante la voluntad imperiosa del infinito, y accede abrir esa puerta misteriosa de la percepción.


Y allí encontramos ese punto en el que nos es posible observar, como si de una gran ventana abierta en el infinito se tratase, y pudiésemos ver directamente el desenvolvimiento del mundo tridimensional en el espacio-tiempo, y desde ahí establecer unas coordenadas de comportamiento, y conocer lo que hemos de conocer, en función de nuestro grado vibracional. Y, en ese punto, amamos.


El amor es la corresponsabilidad con el absoluto. Y dicha  correspondencia se establece en un mundo de equilibrio y armonía. Es muy sencillo, se trata de hallar ese estado que nos permite la armonía y equilibrio, el estado de tranquilidad y paz, y en ese momento es muy fácil trascender este espacio tridimensional y situarnos en una órbita en la que es posible configurar de nuevo nuestros planteamientos vivenciales, modificarlos si es preciso, y enriquecerlos si lo creemos oportuno, que esto significa utilizar debidamente nuestro libre albedrío. 


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