MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de
la Monografía “LA
NADA. LA EXPERIENCIA DE LO INMANIFESTADO”, que podemos hallar en nuestra
Biblioteca www.tseyor.com
Con amor,
Noventa PM
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“La Nada es ese estado
de libertad que nos proporciona
nuestro propio pensamiento. Ese
pensamiento
puesto en el Amor, en la Nada; en ese
no pensar que nos invade
y transporta.”
Shilcars
3) “La Nada”– El microcosmos y
el macrocosmos están concatenados
Icotrem
El día pasado hablamos de la concatenación o
relación existente entre el micro y el macrocosmos. Hoy, hablaremos de la
verdad relativa que sigue la dinámica temporal, en relación con un espacio
adimensional compuesto de la Nada.
En la Nada, vamos a hallar todo lo relativo al
cuestionamiento tridimensional. Vamos a hallar el sentido propio de la efectiva
participación en un mundo dual en el que consta, además, una particularidad muy
específica que es la causa y efecto, dimanante de un proceso atómico y que
genera, indiscutiblemente, una energía que invade todas las dimensiones de
espacio y tiempo.
Así, en esa conformación molecular, las expectativas
de cambio, de transformación, de superación, de teletransportación en
definitiva, pueden sucederse de una forma constante, y de hecho así sucede.
Icotrem
En el microcosmos existen determinadas partículas
subatómicas que interfieren ciertos procesos de transformación espiritual.
Dichas partículas, aparecen con una carga energética
doblemente interpuesta con un proceso aleatorio y que, significativamente,
atraviesan un espacio adimensional para permanecer de alguna forma en el
hiperespacio. Y desembocar en una relación causa y efecto contraria a la
general aplicación con que se establece la trayectoria energética del
electromagnetismo.
Son fuerzas epicéntricas que señalan unos
cuestionamientos determinados, pero que procuran o producen determinadas
circunstancias contrarias a la fuerza electromagnética, digamos positiva. Así,
la creación de estas dos fuerzas en un espacio adimensional crean el espacio
cero, crean la Nada.
Por eso es importante conocer siempre a través de
qué camino avanzamos. Si en el de las fuerzas epicéntricas de signo positivo, o
en el de las de signo negativo. Porque
las dos parecen adecuadas, las dos son necesarias y las dos nos van a llevar al
infinito, al cosmos infinito o absoluto. Pero unas, las primeras, nos van a
llevar a través del camino de la comprensión, de la clarificación, de la
iluminación, y las otras por el camino de la oscuridad, de la negatividad, de
la ignorancia.
Icotrem
Denominamos micromundo aquella
parcela de pensamiento, de energía, de vibración, que no ocupa espacio pero sí
lleva intrínsecamente la fortaleza atómica, pudiendo alterar todo un proceso
macrocósmico.
Así en el alerón de esa
participación visible, podemos estudiar, comprender y recabar información.
Obviamente, dicha información siempre estará falta de la debida compenetración,
por cuanto vamos a estudiar un componente mixto en base de una realidad visible
y, por lo tanto, una parte que no lo será y, por ello, la medición o el cálculo
será imperfecto. Y como tal imperfección, subjetiva y no menos inexacta, debido
precisamente a esa parte invisible que proporciona, digamos, la mayor cantidad
posible de información.
Entonces, en todos estos supuestos cabe preguntarnos
si verdaderamente podemos llegar algún día a reconocer dichos estadios y
participar plenamente de ellos, de su comprensión, de su entendimiento, de la
asunción total de sus componentes.
Y preguntaría, a su vez, si es posible llegar a un
proceso intelectual, de tal envergadura, que nos permita conocer en todo
momento, en todo lugar y en toda situación -si verdaderamente importa- que la
masa conocida como materia, con su volumen correspondiente, aplicado en un
espacio vacío, en este caso concreto la Nada, que indudablemente tiende a
participar de todo un componente macrocósmico y microcósmico, si es posible
como digo, llegar a entender y a participar de su total contextura y adivinar
en un breve instante de tiempo su grandiosidad, dentro de su grandiosa
pequeñez.
De hecho, sí es posible llegar a comprender lo más
pequeño en función de nuestro pensamiento. Lo que es más difícil de llegar a
comprender es que en lo más pequeño exista una forma de vida similar a la que
tenemos por costumbre instaurar en nuestra existencia.
Por eso, debemos preguntarnos si realmente en esa
microporción de materia que pueda hallarse en un átomo cualquiera, existe la
posibilidad de recrearse en unos mundos o universos en los que
proporcionalmente a su tamaño, puedan existir universos, galaxias, planetas,
estrellas o soles, en la misma proporción y capacidad, magnitud y potencia
generativa.
Entonces, ahí tenemos dónde poder indagar, estudiar,
aplicarnos en la debida correspondencia intelectiva y llegar a solucionar tan
grandes dilemas: la propia existencia, la propia vida y la propia recurrencia
en determinados instantes del tiempo y espacio que, como natural, serán
relativos en todas sus magnitudes.
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