jueves, 27 de junio de 2013

3) “La Nada”– El microcosmos y el macrocosmos están concatenados

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “LA NADA. LA EXPERIENCIA DE LO INMANIFESTADO”, que podemos hallar en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

Con amor,
Noventa PM
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“La Nada es ese estado
de libertad que nos proporciona
nuestro propio pensamiento. Ese pensamiento
puesto en el Amor, en la Nada; en ese
no pensar que nos invade
y transporta.”

Shilcars

3) “La Nada”– El microcosmos y el macrocosmos están concatenados

Icotrem
El día pasado hablamos de la concatenación o relación existente entre el micro y el macrocosmos. Hoy, hablaremos de la verdad relativa que sigue la dinámica temporal, en relación con un espacio adimensional compuesto de la Nada.

En la Nada, vamos a hallar todo lo relativo al cuestionamiento tridimensional. Vamos a hallar el sentido propio de la efectiva participación en un mundo dual en el que consta, además, una particularidad muy específica que es la causa y efecto, dimanante de un proceso atómico y que genera, indiscutiblemente, una energía que invade todas las dimensiones de espacio y tiempo.

Así, en esa conformación molecular, las expectativas de cambio, de transformación, de superación, de teletransportación en definitiva, pueden sucederse de una forma constante, y de hecho así sucede.

Icotrem
En el microcosmos existen determinadas partículas subatómicas que interfieren ciertos procesos de transformación espiritual.
Dichas partículas, aparecen con una carga energética doblemente interpuesta con un proceso aleatorio y que, significativamente, atraviesan un espacio adimensional para permanecer de alguna forma en el hiperespacio. Y desembocar en una relación causa y efecto contraria a la general aplicación con que se establece la trayectoria energética del electromagnetismo.
Son fuerzas epicéntricas que señalan unos cuestionamientos determinados, pero que procuran o producen determinadas circunstancias contrarias a la fuerza electromagnética, digamos positiva. Así, la creación de estas dos fuerzas en un espacio adimensional crean el espacio cero, crean la Nada.
Por eso es importante conocer siempre a través de qué camino avanzamos. Si en el de las fuerzas epicéntricas de signo positivo, o en el de las de signo negativo.  Porque las dos parecen adecuadas, las dos son necesarias y las dos nos van a llevar al infinito, al cosmos infinito o absoluto. Pero unas, las primeras, nos van a llevar a través del camino de la comprensión, de la clarificación, de la iluminación, y las otras por el camino de la oscuridad, de la negatividad, de la ignorancia.

Icotrem
            Denominamos micromundo aquella parcela de pensamiento, de energía, de vibración, que no ocupa espacio pero sí lleva intrínsecamente la fortaleza atómica, pudiendo alterar todo un proceso macrocósmico.

 Así en el alerón de esa participación visible, podemos estudiar, comprender y recabar información. Obviamente, dicha información siempre estará falta de la debida compenetración, por cuanto vamos a estudiar un componente mixto en base de una realidad visible y, por lo tanto, una parte que no lo será y, por ello, la medición o el cálculo será imperfecto. Y como tal imperfección, subjetiva y no menos inexacta, debido precisamente a esa parte invisible que proporciona, digamos, la mayor cantidad posible de información.

Entonces, en todos estos supuestos cabe preguntarnos si verdaderamente podemos llegar algún día a reconocer dichos estadios y participar plenamente de ellos, de su comprensión, de su entendimiento, de la asunción total de sus componentes.

Y preguntaría, a su vez, si es posible llegar a un proceso intelectual, de tal envergadura, que nos permita conocer en todo momento, en todo lugar y en toda situación -si verdaderamente importa- que la masa conocida como materia, con su volumen correspondiente, aplicado en un espacio vacío, en este caso concreto la Nada, que indudablemente tiende a participar de todo un componente macrocósmico y microcósmico, si es posible como digo, llegar a entender y a participar de su total contextura y adivinar en un breve instante de tiempo su grandiosidad, dentro de su grandiosa pequeñez.

De hecho, sí es posible llegar a comprender lo más pequeño en función de nuestro pensamiento. Lo que es más difícil de llegar a comprender es que en lo más pequeño exista una forma de vida similar a la que tenemos por costumbre instaurar en nuestra existencia.

Por eso, debemos preguntarnos si realmente en esa microporción de materia que pueda hallarse en un átomo cualquiera, existe la posibilidad de recrearse en unos mundos o universos en los que proporcionalmente a su tamaño, puedan existir universos, galaxias, planetas, estrellas o soles, en la misma proporción y capacidad, magnitud y potencia generativa.

Entonces, ahí tenemos dónde poder indagar, estudiar, aplicarnos en la debida correspondencia intelectiva y llegar a solucionar tan grandes dilemas: la propia existencia, la propia vida y la propia recurrencia en determinados instantes del tiempo y espacio que, como natural, serán relativos en todas sus magnitudes.


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