MENSAJES
DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:
Comparto con cariño transcripciones de la
Monografía “LA EDAD DE HIERRO”. Podemos
hallarla en nuestra Biblioteca www.tseyor.com
El enlace es:
Con amor,
Noventa PM
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“Ahora estamos ya al
final de esa
época de Hierro, y
dicho hierro está agotando
sus capacidades, su
resistencia, y es el momento de
analizar. Y podemos
analizarlo precisamente porque
nuestra capacidad
mental y psicológica está
preparada para ello.”
SHILCARS
1) “La Edad de Hierro”– PRESENTACIÓN
1. PRESENTACIÓN
La información contenida en la presente monografía se nos ha dado dentro de los contenidos del Duodécimo Pliego. Se entregó en tres conversaciones interdimensionales prácticamente consecutivas, la 305, 307 y 308, dándose por terminada dicha información.
La temática de las cuatros edades del mundo es antigua y aparece en muchas culturas. Está presente en la nuestra desde la antigua Grecia. Describe la evolución recurrente del mundo, de la sociedad, a partir del simbolismo de cuatro metales de valor y dignidad decreciente (oro, plata, bronce, hierro) y de las cuatro estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno).
A diferencia de lo que aporta la historia, en la que la sociedad humana arranca de una noche, la noche oscura de los tiempos y va alcanzando mayor luz y prosperidad, propone un esquema cíclico, en el que el comienzo corresponde a una edad feliz, plena e inocente, cuyos valores y prácticas se van deteriorando en una decadencia creciente, hasta llegar a la edad oscura, belicista y destructiva, final, cuyo cierre acaba precisamente en el amanecer de un nuevo día más luminoso para la historia del hombre.
Esta concepción cíclica, en una espiral ascendente, la asociamos a la mitología, pero está presente en la memoria ancestral de muchas culturas y se remonta a etapas históricas ignoradas por la historia oficial, que desconoce los cataclismos que acabaron con pasadas épocas de esplendor, Lemuria y la Atlántida, que constituyen nuestra perdida e ignorada Edad de Oro, a partir de cuya caída se inaugura la Edad de Hierro, en cuya fase final nos encontramos.
Precisamente, la época de relativo esplendor que se inaugura en la edad moderna con los descubrimientos geográficos y el surgimiento de la tecnología que da paso a la industrialización, nos hace ver que estamos en una época de progreso. Y es así, en cierto modo, pero un progreso desequilibrado, material y tecnológico, realizado a costa de la injusticia y la explotación inmisericorde de los recursos del planeta.
La actual sociedad basada en el lucro, el individualismo posesivo y la sobreexplotación de los recursos naturales, contiene los gérmenes de su propia destrucción. Y por otra parte, el universo, en sus grandes ciclos de tiempo, nos aboca a un cambio de era, que lleva el signo de la luz dorada, un nuevo amanecer de consciencia y verdad entre los seres humanos reconciliados unos con otros y con la propia naturaleza.
De este final de la Edad de Hierro, en el que estamos viviendo, nos habla esta monografía, en la que al tiempo que se citan los síntomas de destrucción, se apuntan las soluciones para aproximarse a la vibración y a los valores de la nueva era: hermandad y autoconocimiento.
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