miércoles, 12 de diciembre de 2012

2) “La Edad de Hierro”– EL FINAL DE LA EDAD DE HIERRO (parte 1)

MENSAJES DESDE LAS ESTRELLAS
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Hola amados Hermanos:

Comparto con cariño transcripciones de la Monografía “LA EDAD DE HIERRO”. Podemos hallarla en nuestra Biblioteca www.tseyor.com

El enlace es:

Con amor,
Noventa PM
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“Ahora estamos ya al final de esa
época de Hierro, y dicho hierro está agotando
sus capacidades, su resistencia, y es el momento de
analizar. Y podemos analizarlo precisamente porque
nuestra capacidad mental y psicológica está
preparada para ello.”

SHILCARS

2) “La Edad de Hierro”– EL FINAL DE LA EDAD DE HIERRO (parte 1)


2. EL FINAL DE LA EDAD DE HIERRO


CONVERSACIÓN INTERDIMENSIONAL NÚM. 305 (9-4-2010)

Cuando aparecen los primeros síntomas de dispersión, de confusión, incluso de frustración en la sociedad, ello es signo evidente de que las circunstancias vivenciales empiezan a mostrar su cara oculta.

          Cuando empiezan las dificultades, las penurias, las miserias, cuando la vida se hace cada vez más difícil de afrontar por múltiples circunstancias, especialmente las económicas, es signo también de que las cosas necesitan un cambio.

Cuando alrededor nuestro existe la desconfianza, la desunión, cuando la hermandad es solamente una palabra y no un hecho, cuando después de tanto tiempo, y en ello llevamos más de 2000 años, aún no se ha entendido en toda su amplitud lo que significa el hermano, el prójimo...

Cuando, después de este tiempo, los hermanos aún discuten, aún no encuentran su punto de equilibrio, y cada vez muestran signos de debilidad mayores, esto nos indica que algo tiene que cambiar, indudablemente.

            La vida humana en la Edad de Oro es una existencia feliz, laboriosa, evolucionada.

Poco a poco, en la medida en que las edades van transformándose, unas estaciones llegan a su fin y aparecen otras con menos valor espiritual, como en la Edad de Plata: la felicidad también lo es en grandes áreas, pero ya no es total.

Cuando llegan las estaciones de otoño y de invierno, en este caso la de Bronce primeramente, las dificultades en general de la humanidad empiezan a deteriorarse, y aun y todo se consigue una mejora espiritual, sin duda alguna.

Cuando se llega a la Edad de Hierro, estación en la que estamos ahora, la angustia, el temor, la sensación de fracaso, es evidente durante un largo periodo de tiempo. Pero, cuando llega ya casi el final, por no decir el final mismo de esta Edad de Hierro, entonces la angustia, el temor, la agresividad y el miedo empiezan a enseñar sus caras más angustiosas, sus lados más rebeldes. Y esto ya, sin duda alguna, es motivo para desear un cambio.

Y, más que desear, esperar que el cambio se produzca para, nuevamente, entrar en una nueva estación, en una nueva edad, en un nuevo periodo. Un periodo que podemos denominar como el de la Edad de Oro.

Así que ahora estamos ya al final de esa época de Hierro, y dicho hierro está agotando sus capacidades, su resistencia, y es el momento de analizar. Y podemos analizarlo precisamente porque nuestra capacidad mental y psicológica está preparada para ello.

Extrapolando este acontecer al grupo Tseyor concretamente, hemos de decir que su situación no es menos que la situación general. El grupo Tseyor es una pequeña muestra, pero de idénticas proporciones con la masa general. En el grupo Tseyor también existen mentalidades derrotistas, temerosas, desconfiadas, individualistas, materialistas…

Y, ¿cómo no?, existen mentalidades espontáneas, agradecidas, amorosas, hermanadas, ilusionadas…, porque han llegado a ser conscientes de que algo está sucediendo muy importante en este mundo, en nuestras vidas, en nuestras psicologías. Gracias a esas mentalidades activas, amorosas y con ánimo íntegro de dar sin esperar nada a cambio, se ha podido crear la masa crítica correspondiente.

Una masa crítica amorosa, plenamente amorosa, que sabe acoger en sus brazos incluso a los disidentes, a los temerosos, a los egoístas, a los individualistas, a los materialistas... Porque sabe que en el fondo están abocados a reconocerse verdaderamente, y que lo harán gracias a que esa masa crítica es tolerante.

Sin embargo, el movimiento que se está registrando ahora, es un movimiento cósmico trascendental con un periodo de maduración muy delicado y, fácilmente, puede ser retrasada su acción, su accionar.

Sí, fácilmente puede sufrir un retraso, aunque no abandonar su objetivo. Tal vez, como digo, retrasar algún tiempo la búsqueda hermanada de dicho objetivo, pero no paralizar al colectivo de tal forma que se pierdan todas sus ilusiones y anhelos por un mundo mejor.

De todas formas, todos los que son conscientes del paso que están dando, de que ahora es el momento de actuar, de mirar hacia delante, de desapegarse, de no temer, ahora, digo, es cuando esa fuerza microscópica, que conforma el núcleo de Tseyor, debe avanzar para fortalecer el vínculo necesario y conveniente para recibir adecuadamente al Cristo Cósmico, en puertas.

Esa Edad de Hierro, ahora se termina. Está dando sus últimas palpitaciones y duras serán sus angustias. Merecerá, pues, que prestemos atención y nos propongamos no sucumbir. Tener la visión muy clara, los objetivos también.

Sugiero que tengamos muy claro, pues, cuál es nuestro objetivo, y nos dejemos de imágenes que puedan reflejar espejos tridimensionales y, por lo tanto, imágenes falsas que puedan inducir a la confusión. 

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