DESEAMOS A TODOS UNA HERMOSA NAVIDAD
Y LAS BENDICIONES DEL CRISTO CÓSMICO
* * *
CUENTO DE NAVIDAD:
“EL MUNDO DE LA ETERNA JUVENTUD” (1)
(que nos obsequiara SHILCARS)
Al hilo de la conversación de hoy y
teniendo en cuenta las fechas en que nos encontramos, ya pronto a celebrar la
Navidad por esos lares, me gustaría mandaros un mensaje navideño, en forma de
cuento.
Vuestros ancestros se reunían, como
ahora lo estamos haciendo aquí, en círculo. Y alrededor del fuego. Contaban sus
historias y pequeños y grandes disfrutaban de la compañía de todos.
Y soñaban
con la historia, viviéndola. Esto no debemos olvidarlo, al contrario, podría
ser interesante fomentarlo. Encontrar lugares adecuados para celebrar en unión
dichas charlas. Explicar historias y avanzar en la unidad y el hermanamiento,
cual niños que somos todos.
Pronto se
verá parte de esa cuestión, pronto la disfrutaremos aquí en este mundo tan
denso y con tanta fatiga. Y la disfrutaremos si logramos despuntar algo nuestra
mente y nuestro pensamiento y situarnos en una órbita en la que -a pesar de las
dificultades y retos que tenemos por delante- logremos volvernos niños.
Y siendo
niños se abrirá, y de hecho se abre, un mundo de ilusión, de imaginación. Un
mundo fantástico. Mejor dicho, nuestro mundo, en este caso el vuestro, a pesar
de todas las dificultades, se vuelve fantástico, se vuelve imaginario, se
vuelve, en definitiva, un mundo distinto. Se ve desde otra perspectiva y todo,
todo, resulta bien. Porque en definitiva todo está bien.
El cuento de hoy, amigos, hermanos,
podríamos titularlo: “El mundo de la eterna juventud”. Se divide en dos
tiempos, el primero y el segundo. El segundo puede ser el primero y el primero
el segundo; el orden de los factores no altera el producto.
Estamos
observando unas tierras, en una noche de invierno. Unas tierras heladas, frías,
con mucha nieve, desiertas.
El cielo
contempla el paisaje con ilusión, porque sabe que se va a producir un acto
importante y trascendente. Y, cuando todo está a punto para un acto de dicha
naturaleza, todo el universo está en ello, feliz, esperanzado.
Allá en el fondo del valle se divisa
una pequeña luz procedente de una ventana, una débil lucecita que parpadea…
Se trata
de una cabaña solitaria en medio del campo, en medio de ese espacio natural
ahora terriblemente azotado y castigado por una fuerte tormenta de viento y
nieve.
Pero, más
allá de esa tormenta, se divisa un firmamento lleno de estrellas y, desde una
de ellas, aparece en movimiento lo que simula ser una estrella más. Se desplaza
a gran velocidad. Atraviesa la nube y la tormenta, y dicha luz se sitúa delante
de la puerta de la cabaña antes citada.
Realmente
esa estrella no es exactamente lo que aparenta: es un orbe, una especie de burbuja
trasparente. Es lo que conocemos como Testo. Dentro, una luz blanca, radiante,
de gran pureza...
Que al
instante se transforma en un joven, que llama a la puerta de la cabaña.
La puerta
se abre y aparece un anciano que mira sorprendido al joven, como queriendo
indicarle o preguntarle qué hace allí, en una noche tan fría, con tan mal
tiempo.
El joven lo reconoce y le pide
cobijo. A lo que Joseph accede como es natural en él, por su bondad, por su
desprendimiento. Le cede el paso, y le invita a acercarse al fuego para
calentarse.
Allí en
la estancia están dos mujeres, una al lado del fuego, otra sentada junto a la
mesa.
La que
está junto al fuego del hogar, es la “abuela”(2) madre de Joseph. Una anciana mujer imposibilitada físicamente, pero con un gran
sentido de la hospitalidad. Saluda con una amplia sonrisa al recién llegado y
le ofrece asiento.
Joseph se
dirige al huésped, y le explica su situación, la situación de la familia. Una
familia que ha permanecido allí toda su vida…
No
tuvieron hijos. Su mujer, Mary, está actualmente con ciertas dificultades en la
vista y durante muchos años se ha dedicado a la enseñanza, ha sido maestra. Y
su madre, Magda, les ha cuidado todo ese tiempo.
Los tres
han vivido durante todos estos años ayudando en lo que han podido a los demás.
No han pensado en el futuro. Lo han entregado todo a los demás sin esperar nada
a cambio.
Esto se
lo explica Joseph, de alguna forma, al que se ha presentado como Christian. Le
dice también que ahora se encuentran en esta difícil situación. En su vida
habían pasado por un proceso tan crítico.
Joseph,
casi imposibilitado, no tiene apenas fuerzas para cuidar el campo. Y por
desgracia el caballo que tenían acaban de perderlo hace muy pocos días. El mal
tiempo ha echado a perder la poca cosecha que tenían.
Realmente
su situación es crítica, pero en modo alguno están preocupados. Al contrario,
están alegres y confiados, como siempre.
Toda su
vida han estado confiados, alegres, contentos. Y ahora no podía ser menos,
también lo están. A pesar de que saben que esto va a durar muy poco, de que sus
vidas están languideciendo, de que apenas tienen fuerzas para seguir adelante…
Saben que
un día u otro la vida les llamará.
Christian
escucha sus razonamientos, sus explicaciones, con una gran comprensión y les
abraza.
Joseph
invita después al huésped a cenar, poniendo sobre la mesa los pocos alimentos,
por no decir muy pocos, de que disponen. Algo de pan, vino, y frutos secos.
Claro, es
evidente que en una noche buena, pronto a celebrar la Navidad, como mínimo la
mesa tenga algún alimento. Y lo más importante, que la familia esté unida y, en
este caso, con un amigo, hermano, al que acoger.
Se
sientan a la mesa. Christian les sonríe profundamente. Se reparten el pan,
toman su vino y, de pronto, la estancia se ilumina con un gran resplandor.
Christian
los ha venido a buscar, se los lleva. Han terminado su prueba y se los lleva...
En el
segundo acto podemos apreciar un prado lleno de flores, árboles, vegetación.
Gentes caminando, paseando, alegres, confiadas. Niños jugando.
Y muy
cerca de nosotros, como observadores, apreciamos a dos bellas muchachas,
hermosas de verdad, sentadas en el prado, en la fresca hierba, junto al río. Un
riachuelo que transcurre por toda la zona, de aguas transparentes, con peces
multicolores danzando por él.
Las dos
muchachas sonríen, charlan amigablemente. Se ven felices, todo les sonríe.
Mary, la
más decidida, la que siempre ha llevado la batuta, le explica a su amiga Magda
-mejor le hace confidencias- diciéndole que este mundo en el que están, que no
sabe ya cuántos cientos de años habrán transcurrido desde su llegada, es un
mundo agradable, feliz, tranquilo...
Ahí no
pasa el tiempo. Sus cuerpos no envejecen, siempre están jóvenes. No tienen
ninguna dolencia. Disfrutan de los mejores manjares y de agradables compañías…
Todo el
entorno es de paz, de equilibrio… Pero, hay cierta preocupación en Mary.
Y dicha
preocupación, Magda la capta perfectamente, porque se conocen a fondo, porque
son hermanas de verdad, porque están íntimamente unidas en un proyecto.
Por eso
están aquí las dos, en ese mundo de la eterna juventud, en ese mundo perfecto,
en ese mundo en el que nada sucede, nada desagradable. Todo es agradable, por
cierto.
Y Magda
le contesta que comprende esa pequeña perturbación en Mary. También comprende
que es un mundo dulce, agradable, que son jóvenes eternamente, que nada les
falta… Pero, que siempre resulta igual.
Y tanta
felicidad, tanta vida agradable, sin ningún problema, resulta hasta un tanto
pesado…
Y también
en ella existe un “pero”.
En este
momento, Mary señala con el dedo, indicando que se acerca al galope de su
caballo su gran amigo Joseph. Este llega junto a las dos mujeres.
Joseph es
un joven hermoso, fuerte, radiante. Dirigiéndose a las lindas muchachas les
dice, y aquí acaba el cuento de esta noche:
-Hoy he
soñado que me hablaba Christian. Y me ha pedido que os dijera si nos interesa
ya iniciar una nueva aventura en otro mundo. Fin.
Shilcars
Amigos, hermanos, si tenéis alguna
pregunta qué hacer con respecto a este mensaje navideño, hacedla, será un
complemento que podremos traspasar, con vuestra opinión, a todos los demás.
Habremos interrelacionado así, y aprovechado también la oportunidad, con
vuestros pensamientos, de incluirlo en este mensaje navideño para goce y
disfrute de todos los demás. Espero.
Pigmalión
Ya nos has contado un cuento más que
incluye a estos personajes: Joseph, Mary y Magda, y Christian. Quería preguntar
si estos personajes son arquetipos o son como perfiles de los doce. ¿Qué
simbolizan estos personajes? Gracias Shilcars.
Shilcars
Los mismos forman la Tríada, son
arquetipos, y todos podemos vernos reflejados en dichos personajes, porque
dichos personajes somos todos nosotros.
Saltador
Pm
Quiero preguntar por el cuento que
nos acabas de contar. ¿Esperar a Christian sería como la llegada del rayo
sincronizador? O sea, que tiene que venir Christian para despertarnos o para
llevarnos a otra vida. Pregunto si Christian sería parecido al rayo
sincronizador.
Shilcars
Sí, efectivamente, el rayo
sincronizador nos llevará a otro mundo. Y de nosotros dependerá que podamos
pasar a “Un mundo de la eterna juventud” o decidir investigar, indagar,
experimentar, para en definitiva enriquecer energéticamente a nuestra réplica,
a nuestra consciencia, y así evolucionar a través de la retroalimentación.
Saltador
Pm
Muchas gracias, y pregunto además,
¿para que venga a nosotros Christian y poder cambiar también de vida?
Shilcars
Bastará llevar una vida de
desprendimiento, de desapego, de bondad, ofreciendo todo nuestro caudal a los
demás, sin esperar nada a cambio. Siendo pacientes, tolerantes y con un
espíritu alegre y confiado.
Om
Quería comentar que me acuerdo
alguna vez que dijiste que algunos hermanos elegíamos estar aquí, en el
planeta, ayudar a otros hermanos, y otros harían el salto a otros mundos.
¿Puede haber algún paralelismo con el cuento, también en ese sentido?
Shilcars
Esta es una labor que debéis
autodescubrir. Unos venís, indudablemente, de otros mundos, de la eterna
juventud. Y otros venís para asistir a ese gran drama cósmico. Y otros también
porque vais a representar a todos nosotros como antiguos pobladores de este
planeta, en el momento del rayo sincronizador.
Electrón
Pm
Quisiera saber: ¿el personaje de
Christian está aquí ahora entre nosotros en Tseyor?
Shilcars
Claro, está en todos nosotros.
Independientemente de nuestra cultura, de nuestra religión, de nuestro credo.
Shilcars
Daremos por finalizada esta tanda de
intervenciones. Sugeriría que formasen parte del mensaje navideño. Es vuestra
aportación, vuestra valiosa aportación. Gracias,
º º º º º º º
(1) Conversación Interdimensional núm. 358, 3-12-2010.`
(2) “Abuela” no en el sentido de parentesco familiar, sino de “persona anciana”. Se
trata de Magda la madre de Joseph, que es el esposo de Mary. Recordemos que son
los tres personajes del “Cuento del pequeño Christian”, que en este mundo y en
esta ocasión están en una relación familiar diferente a las anteriores.
Y LAS BENDICIONES DEL CRISTO CÓSMICO
* * *
CUENTO DE NAVIDAD:
“EL MUNDO DE LA ETERNA JUVENTUD” (1)
Saltador Pm
(1) Conversación Interdimensional núm. 358, 3-12-2010.`
(2) “Abuela” no en el sentido de parentesco familiar, sino de “persona anciana”. Se
trata de Magda la madre de Joseph, que es el esposo de Mary. Recordemos que son
los tres personajes del “Cuento del pequeño Christian”, que en este mundo y en
esta ocasión están en una relación familiar diferente a las anteriores.
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